Entre las ruinas

La luna desplegó su diáfano velo sobre los Jardines de la Ciudad del Sol y el silencio cubrió a todos los seres. Los palacios derrumbados miraban amenazadoramente, como monstruos despectivos.

A esa hora dos fantasmas, como vapor que emerge de las aguas del lago, se sentaron sobre una columna de mármol, examinando la escena, que parecía mágica. Uno de ellos levantó la cabeza y, con una voz que retumbó en ecos, dijo:

-Estos son los restos de los templos que construí para ti, mi amor, y estas las piedras de un palacio que levanté para tu alegría. No queda nada más que hable a las-naciones de la gloria a la que dediqué mi vida y de la pompa por la que exploté al débil.

"Amor mío, piensa y reflexiona acerca de los hechos que finalmente vencieron sobre mi ciudad y en torno del Tiempo que destruyó mis esfuerzos.

"El olvido ya borró el imperio que establecí: de él sólo quedan los átomos de amor que creó tu belleza y los efectos de la belleza que animó tu amor.

"Erigí un templo en Jerusalén; los sacerdotes lo santificaron, pero el tiempo lo destruyó. Sin embargo, Dios consagró el altar que, para el amor, construí en mi corazón; allí se mantiene a salvo de los poderes de la destrucción.

"Los hombres dijeron de mí: ‘Qué rey sabio’; los ángeles, en cambio: ‘Qué insignificante es su sabiduría.’ Pero los ángeles se alegraron cuando te encontré, amor mío, y cantaron para ti el cántico de Amor y deseo; sin embargo, los hombres no oyeron mi himno...

"Los días de mi reino eran barrera que impedía que comprendieran al Amor y la belleza de la vida, pero cuando te vi. despertó el Amor y derribó esas barreras; entonces lamenté la vida que había perdido pensando que todo lo que existía bajo el sol era vanidad.

"Cuando el Amor me iluminó, me volví humilde, tanto ante las tribus que habían temido mi poder militar como ante mi propio pueblo.

"Pero cuando llegó la muerte, enterró mis armas mortíferas en la tierra y condujo mi amor hacia Dios.

Y el otro fantasma dijo:

-Tal como la flor adquiere vida y perfume aromático che la tierra, el alma saca sabiduría y fuerza de la debilidad y los errores de la materia.

Entonces, ambos, fundidos en uno, se fueron diciendo:


La Eternidad sóla salva al Amor,
Porque el Amor es como la Eternidad.

Khalil Gibran / Pensamientos y Meditaciones

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