Los hábitos de la efectividad personal y organizacional

Primer hábito:Sea proactivo.

Hábito de la responsabilidad. Este hábito de efectividad representa la posibilidad de la persona de asumir nuevos desafíos en un ambiente de libertad individual y responsabilidad social. Este es el hábito de la consciencia y conducta de responsabilidad, el que resulta determinante en cada persona para comprender sus realizaciones y frustraciones, sus retos y sus respuestas, sus ambiciones y sus logros.

Es muy importante entender que entre los estímulos, procedentes del ambiente externo e interno, y las respuestas, manifestadas en conductas observables o no, existe la libertad interior de decidir. Esta es evidentemente una postura no determinista, tal como el propio Viktor E. Frankl lo señalara al considerarla la última de las libertades humanas. Al hombre se le puede despojar de todo, salvo la de elegir sus valores de actitud frente a las circunstancias de su propia vida. Una lección magistral de libertad interior de elegir la dio el propio Frankl, a raíz de su dolorosa experiencia durante sus años de confinamiento (1942 - 1945), en cuatro campos de concentración nazi. Su extraordinario libro: Un psicólogo en un campo de concentración (1946), publicado después con el título de: El hombre en busca de sentido, siempre perdurará como uno de los más valiosos legados de valor y esperanza humanas en las condiciones más difíciles de soportar para un ser humano.

Algunos ejemplos y una historia ilustrativa sobre lo que constituye el hábito de la responsabilidad, son los siguientes:
□ Valore positivamente la proactividad porque su práctica cotidiana le significará también mayor libertad personal.
□ Sienta, piense y actúe reconociendo que su familia es su responsabilidad más importante.
□ Acepte nuevos retos que lo desafíen a cuestionar y romper su precaria seguridad para desarrollarse cada vez más.
□ Supere con decisión y valor las barreras internas y externas que le impiden actuar en forma proactiva.
□ Anticípese al futuro diseñando con creatividad y oportunidad acciones preventivas.
□ Actúe con suma responsabilidad en su trabajo como un camino inteligente para progresar.
□ Reafirme día a día la responsabilidad que tiene sobre su propia vida.

El chico de los clavos

Había una vez un jovencito que ciertamente tenía mal temperamento. Un buen día, su padre, con el sano propósito de corregirlo y ayudarlo, le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debía clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa.

El primer día clavó nada menos que 37 clavos en la cerca. Pero poco a poco y conforme pasaban los días fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su temperamento que clavar los clavos en la cerca. Finalmente, llegó el ansiado día cuando el muchacho no perdió la calma por nada y se lo dijo a su padre. Entonces su padre le sugirió que por cada día que controlara su temperamento debía sacar un clavo de la cerca. Los días fueron pasando y, por último, el muchacho pudo decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca.

Su padre, entonces, llevó a su hijo a la cerca de atrás, diciéndole: "Mira hijo, has hecho muy bien . . . pero, fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca . . .Ya la cerca nunca jamás será la misma de antes. Así, pues, cuando haces las cosas con cólera o te expresas con violencia, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar la herida ya quedó hecha. No importa cuantas veces pidas perdón, la herida está allí ...y una herida física es igual de grave que una herida verbal".

Segundo hábito: Empiece con un fin en mente.

Hábito del liderazgo personal. Este hábito de efectividad refleja el liderazgo personal y satisface plenamente la necesidad de encontrar un sentido a la propia existencia. Este es el hábito de la primera creación o creación mental, el que resulta esencial en cada persona para comprender el cumplimiento de su misión existencial.

Las observaciones y estudios realizados acerca de la visión de futuro revelan que esta visión es en verdad extraordinaria y, tal como lo considera Stephen R. Covey, el poder de una visión de futuro es realmente increíble. La literatura mundial abunda en casos que demuestran la manera en que la visión de futuro posibilita el cumplimiento de los propios objetivos. Viktor E. Frankl lo demostró personalmente, así como también todos los casos de aquellos otros individuos enfrentados a situaciones límites en los campos de concentración nazi. Benjamin Singer también comprobó el caso de niños escolares que tenían una imagen de roles centrados en el futuro y su influencia para su desarrollo. Andrew Campbell y Laura L. Nash estudiaron la influencia del sentido de misión para el caso de las organizaciones y equipos. Por último, Fred Polak estudió, empleando casuística de las civilizaciones, la influencia de la visión colectiva de futuro.

Algunos ejemplos y una historia ilustrativa sobre lo que es el hábito del liderazgo personal, son los siguientes:
□ Decida y actúe iluminándose con su propia visión de futuro.
□ Dirija su vida previendo su derrotero futuro.
□ Contraste sus decisiones y acciones con su misión personal y realice los ajustes que correspondan.
□ Acepte que su vida tiene un sentido . . . pero reconozca también que es usted quien tiene que descubrirlo.
□ Identifique los principios y valores que orientan su propia vida.
□ Determine el sentido de su vida y comprométase con el mismo.
□ Lidere su vida trazando el rumbo que recorrerá hoy y mañana.

Los sueños del rey

Había un monarca en un floreciente y próspero reino del norte de la India. El personaje era sumamente rico y poderoso. Su padre le había enseñado a ser magnánimo y generoso, y antes de fallecer le había dicho:

- "Hijo, cualquiera puede, por destino o por azar, tener muchas riquezas, pero lo importante no es tenerlas, sino saber dar y compartir. No hay peor cualidad que la avaricia. Actúa siempre con generosidad. Tienes mucho, así que también da mucho a los otros".

Durante muchos años, tras la muerte de su padre, el rey se mostró generoso y espléndido. Pero a partir de un desventurado día, poco a poco, el rey se fue tornando avaro y no sólo empezó a no compartir nada con los otros, sino que comenzó incluso a negarse hasta las necesidades básicas a sí mismo. Realmente se comportaba como un pordiosero. Su asistente personal, que también lo había sido de su padre, estaba tan preocupado que mandó llamar a un rishi (sabio) que vivía en una cueva en las altas montañas del Himalaya.

- "Es increíble -se lamentó el asistente ante el rishi-. Es uno de los reyes más ricos y se comporta como un pordiosero. Te estaríamos todos muy agradecidos si pudieras descubrir la razón".

El asistente le pidió al rey que recibiera al rishi. El monarca convino:
- "De acuerdo, siempre que no vaya a solicitarme nada, porque ¡soy tan pobre!".

El rishi y el monarca se encerraron en una de las cámaras del palacio. El rey iba vestido con harapos, sucio y maloliente, en contraste con el palacio esplendoroso en que habitaba. Incluso iba descalzo y ni siquiera lucía ningún adorno real.
- "Estoy arruinado" - se quejó amargamente el rey.
- "Pero, señor, eres muy rico y poderoso" - replicó el rishi.
- "No me vengas con zarandajas -dijo el monarca-. Nada puedes sacarme, porque nada tengo. Incluso cuando esos harapos se terminen de arruinar, ¿con qué cubriré mi cuerpo?".

Y el rey se puso a llorar con mucho desconsuelo sin poder impedírselo. Entonces el rishi entornó los ojos, concentró su mente y, como un punto de luz, se coló en el cerebro del monarca. Allí vio el sueño que tenía el rey noche tras noche: soñaba que era un mendigo, el más misérrimo de los mendigos. Y de ese modo, aunque era un rey muy rico y poderoso, se comportaba como un pordiosero. Logró en días sucesivos enseñar al rey a que dominara sus pensamientos y a que cambiara la actitud de su mente. El monarca volvió a ser generoso, pero no consiguió que el rishi aceptara ningún obsequio.

El maestro dice: "Tal es el poder del pensamiento. Así como piensas, así eres. Conquista el pensamiento y te habrás conquistado a ti mismo".

Tercer hábito: Establezca primero lo primero.

Hábito de la administración personal. Este hábito de efectividad interpreta la idea y práctica de la administración personal, y su aplicación inteligente posibilita que las personas puedan encontrar la diferencia entre lo importante y lo urgente para ser más efectivas. Este es el hábito de la segunda creación o creación física, el que resulta básico para comprender la calidad de las decisiones y acciones en el día a día.

Existen varias generaciones de aplicaciones inteligentes respecto a la administración del tiempo, cada una de las cuales ha logrado un avance sustantivo con respecto a la anterior: Desde la primera, basada en las notas y listas de tareas; pasando por la segunda, apoyada en las agendas; hasta la tercera, fundamentada en la administración del tiempo. Stephen R. Covey ha propuesto una cuarta que encuentra su sustento en la matriz de administración personal, en la que cada actividad puede ser clasificada según dos criterios: F. Urgencia, aquellas actividades que requieren una acción inmediata; y Importancia, aquellas actividades que tienen que ver con los resultados. Así, cada actividad es susceptible de clasificarse en los siguientes cuadrantes:
1. Urgente e importante: Administración por crisis.
2. No urgente e importante: Administración proactiva.
3. Urgente y no importante: Administración reactiva;
4. No urgente y no importante: Administración inefectiva.

Resulta obvio que es el segundo cuadrante, el cuadrante de la administración proactiva, el que resulta clave para el logro de la efectividad.

Algunos ejemplos y una historia ilustrativa sobre el hábito de la administración personal, son los siguientes:
□ Defina en forma prioritaria los objetivos y metas que deberá alcanzar en el corto, mediano y largo plazo.
□ Decida sobre aquello que no es urgente pero sí importante en su vida ... y determine actuar en consecuencia.
□ Precise sus roles y objetivos, esfuércese por cumplirlos ...y renuévelos.
□ Establezca un modelo de conducta que le permita ser plenamente interdependiente.
□ Efectivice sus resultados definiendo previamente la jerarquía de sus obligaciones.
□ Trabaje y comprométase diariamente sobre su victoria privada.
□ Practique a diario el uso de su planificador (agenda) para marcar día a día la diferencia.

La verdadera sabiduría

En la antigua China, en la cima del monte Ping, había un templo en el que habitaba el sabio Huían. De sus muchos discípulos, solamente conocemos uno, Lao-li. Durante más de veinte años, Lao-li estudió y aprendió con el gran maestro Huían. Aunque Lao-li era uno de los discípulos más brillantes y decididos, no había alcanzado todavía la sabiduría. No poseía la sabiduría de la vida.

Lao-li luchó con su suerte durante días, noches, meses e incluso años, hasta que una mañana, la caída de una flor de cerezo le habló a su corazón: "Ya no puedo luchar con mi destino -reflexionó-. Lo mismo que laflor del cerezo, debo resignarme airosamente a mi suerte". Desde ese momento, Lao-li decidió retirarse al llano y abandonar su esperanza de lograr sabiduría.

Lao-li buscó a Huan para comunicarle su decisión. El maestro se sentó ante una pared blanca, en profunda meditación. Reverentemente, Lao-li se acercó a él: "Maestro" -dijo-; pero antes de que pudiera continuar, el maestro habló: "Mañana bajaremos juntos al llano". No era necesario decir nada más. El gran maestro había comprendido.

A la mañana siguiente, antes de descender de la montaña, el maestro comprendió la inmensidad que rodeaba la cumbre de la montaña. "Dime, Lao-li -dijo- ¿qué es lo que ves?". "Maestro, veo el sol que empieza a ocultarse justamente debajo del horizonte, serpenteando por colinas y montañas que siguen durante leguas, y en un valle, un lago y una vieja ciudad". El maestro escuchó la respuesta de Lao-li. Sonrió y luego bajó los primeros peldaños de su largo descenso.

Al cabo de una hora, cuando el sol cruzaba el cielo, ellos proseguían su viaje, y sólo se detuvieron una vez cuando se acercaban al pie de la montaña. De nuevo Huan le preguntó a Lao-li qué era lo que veía. "Gran maestro, a lo lejos veo unos gallos que corren alrededor de unos pajares, vacas que duermen en frescas praderas, unos viejos que disfrutan del último sol de la tarde y niños retozando junto a un arroyo". El maestro permaneció en silencio y continuó andando hasta que llegaron a la puerta de la ciudad. Allí hizo un gesto a Lao-li, y juntos se sentaron bajo un viejo árbol. "¿Qué aprendiste hoy Lao-li -preguntó el maestro-. Quizá sea ésa la ultima lección de sabiduría que te imparta". Lao-li permaneció mudo.

Por fin, tras un largo silencio, el maestro continuó. "El camino hacia la sabiduría es como el viaje desde lo alto de la montaña al llano. Sólo alcanzan la sabiduría quienes se dan cuenta de que lo que uno ve desde la cima de la montaña no es lo que se ve desde el llano. Sin esa sabiduría, cerramos nuestras mentes a todo lo que no podemos ver desde nuestra posición y por consiguiente limitamos nuestras capacidad de madurar y mejorar. Pero con esta sabiduría,
Lao-li, llega un despertar. Reconocemos que a solas uno ve solamente hasta cierto punto, lo cual, a decir verdad, no es mucho. Esta es la sabiduría que abre nuestras mentes a la mejora, acaba con nuestros prejuicios y nos enseña a respetar lo que al principio no podemos ver. Nunca olvides esta lección, Lao-li: lo que tú no puedes ver puede verse desde una parte diferente de la montaña".

Cuando el maestro dejó de hablar, Lao-li miró hacia el horizonte, y a medida que el sol se ponía, parecía elevarse en su corazón. Lao-li se volvió al maestro, pero el gran sabio se había ido. Así termina el viejo relato chino. Pero se ha dicho que Lao-li volvió a la montaña para vivir el resto de su vida allí, y que llegó a ser un gran sabio.

Cuarto hábito: Piense en ganar / ganar.

Hábito del beneficio mutuo. Este hábito de efectividad ejemplifica la experiencia del beneficio mutuo y ayuda poderosamente a encontrar el equilibrio en las relaciones humanas con un sentido de bien común y equidad. Este es el hábito que posibilita el logro de satisfacciones compartidas entre todas aquellas personas que participan en un proceso de negociación, comprendido en su más amplia acepción.

Este hábito comprende el estudio de seis paradigmas de interacción humana, siendo tales paradigmas los siguientes:
1. Gano / ganas.
2.Gano / pierdes.
3.Pierdo / ganas.
4.Pierdo / pierdes.
5.Gano.
6.Ganamos / ganamos o no hay trato.

Cada uno de estos paradigmas es un modelo de relaciones humanas que conlleva determinados objetivos y logros; sin embargo, el primer modelo de los nombrados en una realidad interdependiente es el único viable. Este primer modelo representa beneficios mutuamente satisfactorios, además de que supone aprendizaje recíproco e influencia mutua. La historia de los conflictos en los ámbitos psicológicos y sociales refleja la ausencia de esta comprensión, primero, y la práctica desafortunada de las negociaciones, después. Los procesos de negociación colectiva llevados en forma periódica entre representaciones empresariales y sindicales reflejan, en la mayoría de las realidades empresariales latinoamericanas, un modelo basado en el paradigma gano / pierdes, el mismo que a la postre se convierte en un paradigma pierdo / pierdes.

Algunos ejemplos y una historia ilustrativa sobre el hábito del beneficio mutuo, son los siguientes:

□ Piense que si trata al otro tal como a usted mismo le gustaría ser tratado, estará sembrando la semilla del ganar / ganar.
□ Acepte el hecho de que tanto usted como los demás pueden y deben resultar beneficiados en una negociación.
□ Negocie actuando con integridad, madurez y mentalidad de abundancia.
□ Decida aquello que favorezca el bien común y la equidad.
□ Actúe pensando en que todos deben beneficiarse.
□ Cultive una filosofía de vida ganar / ganar en la vida familiar, laboral y social.
□ Estimule la inteligencia del equipo de trabajo aportando una filosofía y conducta sustentada en ganar / ganar.

La oración

Moisés se encontró una vez con un hombre que rezaba, pero decía tales cosas, en una plegaria tan absurda, que 'Moisés se detuvo. Y no sólo absurda sino que era un insulto para Dios. El hombre decía: "Déjame acercarme a ti, Dios, y te prometo que te limpiaré el cuerpo cuando estés sucio. Si tienes piojos, te los quitaré. Soy buen zapatero, te haré unos zapatos perfectos. Nadie te cuida, Señor . . . yo te cuidaré. Cuando estés enfermo, velaré por ti y te daré los remedios. Soy también un buen cocinero".

Moisés gritó: "Basta. Basta de tonterías. ¿Qué estás diciendo? ¿Que Dios tiene piojos? ¿Yque su ropa está sucia y tú la lavarás? ¿Y tú serás su cocinero? ¿De quién aprendiste esta plegaria?".

"No la aprendí de nadie. Soy muy pobre y sin ninguna educación y reconozco que no sé cómo rezar. Yo la inventé . . . y estas son las cosas que sé. Tengo muchos problemas con los piojos, por esto creo que ellos también deben molestar a Dios. Y a veces la comida que consigo no es muy buena y me duele el estómago. Dios debe sufrir también, a veces. Esto es sólo mi propia experiencia que se ha convertido en mi oración, pero si conoces la oración correcta, enséñamela", dijo el hombre.

Entonces Moisés le enseñó la oración correcta. El hombre se postró ante Moisés, le agradeció con lágrimas de profunda gratitud. Se fue y Moisés se quedó muy feliz pensando que había hecho una buena acción. Miró al cielo para ver qué pensaba Dios de esto.

Dios estaba furioso. Le dijo: "Te he enviado para que acerques a la gente hacia mí, pero ahora has apartado de mí a una persona que en verdad me amaba mucho. Ahora, esta "oración correcta" que le has enseñado, no será en absoluto una oración, porque la oración no tiene nada que ver con la ley, es amor. El amor es una ley en sí misma, no necesita ninguna otra ley".

Con el amor, la gracia sucede. Y con el amor, la verdad. Recuérdalo, si puedes entender la verdad, la verdad te libera. Y no hay otra liberación.
Quinto hábito: Procure primero comprender ...y después ser comprendido. Hábito de la comunicación efectiva.

Este hábito de efectividad describe la comunicación efectiva y conviene aplicarlo a los efectos de desarrollar los beneficios de la inteligencia emocional y obtener un clima social de respeto y convivencia armoniosa. Este es el hábito que sustenta la necesidad de comprender con empatía al otro para después ser comprendido y poder edificar relaciones interpersonales más constructivas.

Destaca muy especialmente en este hábito la importancia de la escucha empática en el proceso de la comunicación humana. Si bien todos los hábitos de la efectividad se encuentran muy relacionados con la inteligencia emocional, este hábito lo está en un grado mayor por sus propias connotaciones emocionales. Se ha comprobado, a través de diversos estudios, que la escucha activa resulta para el supervisor una aptitud crítica para obtener el éxito en su gestión. Esta escucha se produce con la intención sincera de comprender profunda y realmente a la otra persona. Puede recordarse aquí que la antigua filosofía griega reconoce el ethos, fundamento del carácter e integridad; el pathos, base de la empatía y el sentimiento; y el logos, sustento de la lógica y la razón.

Algunos ejemplos y una historia ilustrativa sobre el hábito de la comunicación empática, son los siguientes:

□ Aprenda mentalmente a ponerse en los zapatos del otro para empezar a comprenderlo.
□ Pregúntese si la calidad de su comunicación con las personas aporta el respeto necesario y posibilita una convivencia armoniosa.
□ Reconozca que para comprender al otro deberá aprender a escucharlo . . . con la mente abierta.
□ Entienda al otro para comunicarse, primero, y encontrar juntos una solución efectiva, después.
□ Compórtese con la necesaria firmeza y seguridad frente a los demás para ser escuchado.
□ Realice depósitos constantes y positivos en la cuenta bancaria emocional de los demás.
□ Aprenda a establecer una comunicación empática escuchando y dejándose escuchar.

Las puertas del cielo

Un guerrero, un samurai, fue a ver al 'Maestro Zen Hakuin y le preguntó: "¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? ¿Dónde están las puertas que llevan a ellos? ¿Por dónde puedo entrar?".

Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, sin astucia en sus mentes, sin matemáticas. Sólo conocen dos cosas: La vida y la muerte. El no había venido a aprender ninguna doctrina; sólo quería saber dónde estaban las puertas, para poder evitar el infierno y entrar en el cielo. Hakuin le respondió de una manera que sólo un guerrero podía haber entendido.

"¿Quién eres?", le preguntó Hakuin.
"Soy un samurai - le respondió el guerrero- hasta el emperador me respeta". Hakuin se rió y contestó: "¿Un samurai, tú? Pareces un mendigo".

El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para qué había venido. Sacó su espada y ya estaba a punto de matar a Hakuin cuando éste dijo: "Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta. Esto es lo que un guerrero puede comprender".

Inmediatamente el samurai entendió. Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo: "Aquí se abren las puertas del cielo. La mente es el cielo, la mente es el infierno y la mente tiene la capacidad de convertirse en cualquiera de ellos. Pero la gente sigue pensando que existen en alguna parte, fuera de ellos mismos . . . El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren . . . en un segundo se puede ir del cielo al infierno, del infierno al cielo".

Sexto hábito: Sinergice.

Hábito del liderazgo interpersonal. Este hábito de efectividad implica la interdependencia y es el producto social de individuos, familias, equipos de trabajo, organizaciones y comunidades bien integradas, productivas y creativas. Este es el hábito que fundamenta los logros sinérgicos del trabajo en equipo, vale decir de aquellos equipos en los que el resultado del colectivo es mayor que la simple suma de sus integrantes. También podría afirmarse que el cociente intelectual promedio del equipo es mayor que el cociente intelectual individual de cualquiera de sus integrantes.

La sinergia es un producto resultante de la calidad de las relaciones internas y externas de rica y singular expresión. Así, la sinergia intrapersonal es consecuencia de la práctica de los tres primeros hábitos que propician la victoria privada o maestría personal; en tanto que la sinergia interpersonal es el resultado de la práctica de los tres segundos hábitos que generan la victoria pública o maestría interpersonal. Otra manera de enfocar la sinergia interpersonal es considerarla como un producto de la mentalidad de abundancia, la cuenta bancaria emocional y el esfuerzo por procurar primero comprender. Un ejemplo notable de sinergia son los círculos de calidad comprometidos, productivos y creativos.

Algunos ejemplos y una historia ilustrativa sobre el hábito de la interdependencia, son los siguientes:
□ Sinergice actuando con proactividad, competitividad y creatividad en su equipo de trabajo.
□ Seleccione la tercera idea superior en los grupos humanos en los que participe.
□ Alcance nuevos logros y propicie la innovación en su propia familia.
□ Supérese a sí mismo para desarrollar cada una de las dimensiones de su personalidad y lograr una mayor sinergia interna.
□ Actúe proactivamente para ayudar a la formación de un equipo de trabajo bien integrado y productivo.
□ Acepte la diversidad como una fortaleza del equipo de trabajo que se necesita explotar con inteligencia, creatividad y sensibilidad.
□ Intégrese a un equipo de trabajo sumando y multiplicando esfuerzos para alcanzar los objetivos del grupo en forma sinérgica.

La olita ignorante

Erase una vez una olita muy pequeñita que vivía muy alegre junto a otras olitas, allí mar adentro. A la olita le gustaba mucho saltar y disfrutar de la compañía de sus compañeras olitas. Nuestra olita tenía fama de ser muy alegre y divertida.

Un buen día, por aquello de las corrientes marinas, nuestra olita se fue adentrando en la tierra y cuál no sería su desconsuelo cuando observó en uno de sus saltos, que las otras compañeras que le precedían terminaban rompiéndose contra el acantilado, o desapareciendo entre la arena de la playa, o fruto del reflujo marino, eran desplazadas hacia otras costas.

Toda entristecida y compungida se volvió hacia su mejor amiga que se encontraba asustando a las gaviotas y le dijo:
- "Qué ignorante eres. Estás jugando y divirtiéndote sin haberte dado cuenta que dentro de poco, cuando la corriente nos lleve hacia la tierra, desapareceremos para siempre y no nos volveremos a ver".

Y su amiga, la otra ola, le contestó:
- "Ignorancia la tuya, que todavía no te has dado cuenta que lejos de desaparecer estaremos juntas para siempre, porque entre todas somos . . . ¡LA MAR!".

Séptimo hábito: Afile la sierra.

Hábito de la mejora continua. Este hábito de efectividad interpreta el mejoramiento continuo y ofrece un horizonte de superación personal en todas y cada una de las áreas de la personalidad. Este es el hábito que permite entender el mejoramiento personal en las dimensiones física, mental, socio-emocional y espiritual.

Stephen R. Covey denomina a este hábito afilar la sierra por aquella historia que relata acerca de un leñador que se encuentra en pleno bosque tratando con mucho afán de derribar árboles con su hacha. Sin embargo, no le pasa por sus mientes que su hacha también requiere ser afilada cada cierto tiempo para que recupere su filo y pueda seguir brindando un buen servicio. Pues eso es precisamente lo que acontece con las personas cuando no son capaces de hacer un alto en el camino de su vida para recuperar nuevas energías con el descanso reparador, la lectura de estudio, la ayuda solidaria al prójimo o la meditación. Todas las personas requieren renovación en todas y cada una de las dimensiones de su personalidad: física, mental, socio-emocional y espiritual. En cualquier caso, la falta de una apropiada renovación en estas dimensiones puede tener un costo muy elevado para las personas.

Algunos ejemplos y una historia ilustrativa sobre el hábito de la mejora continua, son los siguientes:

□ Descanse plácidamente las horas que necesita para reponer sus energías físicas y mentales.
□ Lea, estudie y reflexione . . . todavía sigue siendo una de las maneras más inteligentes de informarse, educarse y cultivarse.
□ Mejore todo lo que realiza, siempre existirá la posibilidad de mejorar.
□ Aliméntese en forma nutritiva y sana para estar siempre en buena forma.
□ Desarrolle su carácter expresando en su conducta principios y valores positivos.
□ Ofrézcase a sí mismo la posibilidad de renovarse en todas las dimensiones de su personalidad.
□ Cultive una vocación de servicio sirviendo a los demás con amor.

Posponer

Diógenes, el célebre místico griego, se encontró en cierta ocasión con Alejandro Magno cuando éste se dirigía a la India. Era una mañana de invierno, soplaba el viento y Diógenes descansaba a la orilla del río, sobre la arena, tomando el sol desnudo . .. era un hombre hermoso. Cuando el alma es hermosa, surge una belleza que no es de este mundo . . .

Alejandro no podía creer la belleza y gracia del hombre que veía. Estaba maravillado y dijo: "Señor -jamás había llamado señor a nadie en su vida-. Señor, me ha impresionado inmensamente. Me gustaría hacer algo por usted. ¿Hay algo que pueda hacer7.".
Diógenes dijo: "Muévete un poco hacia un lado porque me estás tapando el sol, esto es todo. No necesito nada más".

Alejandro dijo: "Si tengo una nueva oportunidad de regresar a la tierra, le pediré a Dios que no me convierta en Alejandro de nuevo, sino que me convierta en Diógenes".

Diógenes rió y dijo: "¿Quién te impide serlo ahora? ¿Adónde vas? Durante meses he visto pasar ejércitos. ¿Adónde van, para qué?".
Dijo Alejandro: "Voy a la India a conquistar el mundo entero".
"¿Y después qué vas a hacer?", preguntó Diógenes.
Alejandro dijo: "Después voy a descansar".

Diógenes se rió de nuevo y dijo: "Estás loco. Yo estoy descansando ahora. No he conquistado el mundo y no veo qué necesidad hay de hacerlo. Si al final quieres descansar y relajarte, ¿Por qué no lo haces ahora? Y te digo: Si no descansas ahora, nunca lo harás. 'Morirás. Todo el mundo se muere en medio del camino, en medio del viaje".

Alejandro se lo agradeció y le dijo que lo recordaría, pero que ahora no podía detenerse. Alejandro cumplió su destino de conquistador, pero no le dio tiempo a descansar antes de morir.



La sinergia de los hábitos de la efectividad personal y organizacional.

Stephen R. Covey establece claramente que los hábitos de la efectividad personal y organizacional deben ser aplicados en forma integral, interrelacionada y secuencial. Estos siete hábitos deben ser aplicados en forma integral para propiciar precisamente su sinergia. Los hábitos también se encuentran entre sí interrelacionados, lo que favorece su sinergia interna. La secuencia de los hábitos establece, primero, el logro de la victoria privada, básicamente por la práctica de los tres primeros hábitos de la efectividad; y, después, la victoria pública, fundamentalmente por la práctica de los tres segundos hábitos. El séptimo hábito debe practicarse en todo momento por cuanto ayuda a mejorar sustantivamente todas las dimensiones de la personalidad: física, mental, socio-emocional y espiritual. Está claro entonces que la clave de la efectividad de los siete hábitos reside precisamente en su aplicación integrada, interrelacionada y secuencial.

Los siete hábitos de la efectividad constituyen un nuevo paradigma de desarrollo que establece un difícil desafío personal y organizacional. No se trata, pues, de una simple receta sino de incorporar en sí mismo nuevos hábitos que propicien el desarrollo en todas y cada una de las dimensiones de la personalidad. Aquí también puede comprenderse el fenómeno de la resistencia al cambio por diversas motivaciones y consideraciones.

Puede observarse, por ejemplo, lo difícil que puede resultarle a una persona que carece del hábito de la lectura adquirir este hábito durante la edad adulta. Es dramático comprobar que al lado del analfabetismo absoluto -personas que no son inteligentes en la lectura y escritura- se encuentra también el analfabetismo funcional.
Este analfabetismo funcional se produce cuando las personas efectivamente aprenden a leer y escribir; pero, en forma lamentable, por falta de hábitos educativos desaprenden estas habilidades culturales adquiridas. Puede también comprobarse, en nuestra propia vida, lo difícil que es adquirir nuevos hábitos al tratar de adquirir el hábito de realizar ejercicios físicos diarios.
Se trata entonces de vencerse a sí mismo para adquirir nuevos hábitos de vida saludables que reemplacen hábitos antiguos e insalubres. Es cierto que no es una tarea imposible, pero sí exigente al máximo, especialmente cuando la autodisciplina no se encuentra todo lo fortalecida que se requiere.
Fuente: Ricardo Vargas Trepaud (Proyecto de Vida y Planeamiento Estratégico Motivacional)

No hay comentarios: