Día de los Santos Inocentes

El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio histórico o hagiográfico del cristianismo: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.

La iglesia católica recuerda este acontecimiento el 28 de diciembre, aunque de acuerdo con los Evangelios, la matanza debió haber sucedido después de la visita de los Reyes Magos al rey Herodes (uno o dos días despúes del 6 de enero), aunque también la fecha de la adoración de los Reyes Magos a Jesús no tiene una fecha dada exactamente en las escrituras, que sin embargo citan dicha visita.


Es muy corriente la explicación de la Navidad y demás fechas alrededor de ella como fechas arbitrarias, pues estas no figuran en los evangelios. Sin embargo, según el evangelio (Lucas 1.13-60); Zacarias supo que Santa Isabel estaba encinta de Juan el Bautista el día de la fiesta del final de la cosecha, esta festividad tiene lugar una sola vez al año en la religión judía, aun en nuestros días; la última semana del mes de septiembre. El evangelio también indica que Juan el Bautista era mayor que Jesucristo por seis meses. Por lo tanto, si el embarazo del Bautista comienza en la última semana de septiembre, es evidente que nació en la última de junio y que siendo seis meses mayor que Cristo, éste nació en la última semana de diciembre.

Si seguimos fielmente los evangelios, tenemos lo siguiente: El evangelio de Lucas nos muestra que Jesús nació en Belén debido a que César mandó que se realizase un censo de la población, lo que obligó a José y María a viajar a ese lugar. Miqueas el profeta, con varios siglos de antelación predijo que Jesús vendría de ese pueblo cercano a Jerusalén (Miqueas 5.2).

Los belenes, hoy día, intentan representar lo que fue el nacimiento de Jesús, pero lo que realmente pasó es muy distinto a lo que con tanta frecuencia se representa. Además de hablarnos del censo que hizo que José y María fueran a Belén, el evangelista Lucas nos cuenta que había pastores que estaban pasando aquella importante noche a cielo raso, con sus rebaños. Esto nos lleva a la lógica conclusión de que Jesús no pudo haber nacido en diciembre ya que es improbable que César obligara a los judíos, a punto de la sublevación, a realizar un viaje hasta sus lugares de origen durante la estación fría y lluviosa. Es igual de improbable que los pastores estuvieran viviendo a la intemperie con sus rebaños en un tiempo tan inclemente (Lucas 2.8-14).

Número de bebés muertos

En el Medievo, los escritores cristianos especulaban que fueron asesinados entre 3.000 y 15.000 bebés. Pero —de acuerdo con el censo ordenado por el gobernador romano Quirino, tal como relatan los Evangelios— el pueblo de Belén no tenía más de 800 habitantes. Así que cada año no habría más de 20 nacimientos, y morían aproximadamente el 50% antes de cumplir los dos años de edad (lo cual era la mortalidad infantil normal hasta hace un par de siglos), así que si Herodes mandó a asesinar niños, no deben de haber sido más de veinte

Historias paralelas en otras culturas

Flavio Josefo (37–101), un historiador de la época, en su Historia de Judea nunca relata una matanza de niños.

Se sabe que el mensaje del evangelista Mateo era para los judíos conversos de la época. Se cree que como Mateo no conocía mucho del nacimiento de Jesús de Nazareth, y como los judíos veneraban a Moisés como el más grande profeta del Pueblo, quién en su momento debió ser salvado de una matanza de niños, quizás extrapoló esta leyenda mosaica a la historia de Jesús. Pero esta postura es controversial. Porque si se especula que Mateo nada sabia del nacimiento de Jesus bien que, siendo su discípulo, el Maestro le pudo facilitar datos sobre el mismo que su propia madre le había transmitido. Para los Cristianos Cristo es Dios de modo que este, haciendo uso de su poder, pudo conocer detalles que otros ignoraban.

Moisés había sido puesto en las aguas del Nilo en una canasta —como Krishna, uno de los héroes del Mahabhárata, fue puesto en una canasta en el río Ganges—, porque el faraón estaba haciendo matar a todos los hijos varones de los esclavos israelitas, que se estaban reproduciendo mucho más que los ciudadanos egipcios. De esta manera Mateo expresó que Jesús había llegado para instaurar la Nueva Alianza (superando la antigua alianza de Yahvé con Moisés) y mostró así que Jesús era el mesías que los judíos esperaban.

Sin embargo, también es posible que la matanza de los niños no haya sido relatada por Flavio Josefo porque dado el reducido número de niños asesinados posiblemente pasó desapercibida o careció de importancia.
Conmemoración, bromas e inocentadas
En Hispanoamérica y en España este día se festeja el 28 de diciembre. Es costumbre realizar bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real. Se trata de una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año. Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias cómicas, con la advertencia de que es día de los inocentes, que van desde las que son una obvia mofa a cualquier suceso reciente, hasta las que parecen serias y engañan al lector desprevenido.

América
En algunas zonas de América es importante no prestar ningún bien, sea objeto o dinero, pues el prestatario es libre de apropiarse de los bienes. Este tipo de festejo ha venido a menos en años recientes y ya no es usual que la gente pida prestado con la esperanza de que el prestador no recuerde la fecha y se le pueda hacer mofa con la muy popular frase: «Inocente palomita que te dejaste engañar» o su versión ampliada: «Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar» o «Inocente palomita que te dejaste engañar, hoy día de los inocentes te dejaste engañar», «Que la inocencia te valga» o «Herodes mandó a Pilatos, Pilatos mandó a su gente; el que presta en este día pasará por inocente».
España
En Tremp, capital del Pallars Jussà, provincia de Lérida, se celebra este día colgando una "llufa" (muñeco de papel) gigante del campanario de la población, después de un pasacalles, la gente le canta para que baje y así quemarla. Este acto al igual que el resto de actos Navideños de la ciudad son organizador por la entidad cultural "La Casa del Sol Naixent". (http://tremp.cat/lacasadelsolnaixent).

En la localidad alicantina de Ibi, el 28 de diciembre[1][2], tienen lugar unos actos muy peculiares en relación con esta festividad y de los más característicos de la provincia de Alicante: el Día dels Enfarinats o "Enharinados". Se trata de una divertida celebración que representa el enfrentamiento entre el poder público y la oposición, mediante una batalla de harina en un ambiente carnavalesco y satírico.

Els enfarinats lo forman un grupo de 14 personas, entre las que se elige al alcalde y demás cargos relevantes, como el juez, el fiscal, el alguacil... Por otro lado, la oposición, cuyos representantes se caracterizan por llevar una chistera negra, intentará arrebatarles el poder. Ahí comienza a escenificarse una (hay que me lol) batalla en la que se lanzan harina, polvos y cohetes. Una espectacular explosión de ruido, fiesta y tradición.

También se puede vivir el Día de Los Santos Inocentes de una forma especial en la población valenciana de Jalance. En este municipio del Valle de Ayora-Cofrentes, el 28 de diciembre se celebra la Fiesta de los Locos. Es una fiesta que data de principios del siglo XVII con una marcada simbología pagana. Los más jóvenes, vestidos con ropas estrafalarias y con maquillajes llamativos, tendrán el poder durante unas horas, mientras participan en las divertidas charangas. Por la noche se celebra el tradicional Baile de los Locos, donde casi todo está permitido y, además de la música, la picaresca es la gran protagonista.

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