La homosexualidad y el cristianismo (1)

Muchas personas viven atormentadas con la idea, con la simple posibilidad, de sentir atracción por el mismo sexo, o ya son esclavas de una forma de vida homosexual.

Nuestra misión es brindarles un brazo de ayuda para salir de la confusión que puedan estar pasando. Es necesaria una aclaración: Existen personas que no quieren salir de la homosexualidad. Ante ellos nuestra misión es amarlos como Cristo los ama y como los amó: hasta la muerte.

No somos homofóbicos. Estamos a favor de ayudar a quienes no son felices con un estilo de vida homosexual. Es muy diferente. Es irremediable el llamado a alcanzar a estas personas que sufren junto con sus familiares el no poder salir de la homosexualidad. Y quienes además, desconocen que esto es posible. Es un área igual a otras en que hemos tenido victoria en Cristo en otro tipo de cadenas y las personas dentro de nuestras Iglesias pueden levantarse y testificar cómo han sido arrebatados por Cristo del alcohol, la droga, la infidelidad, la fornicación, el robo, la mentira y tantos pecados más.

Dentro de un tiempo nuestras Iglesias serán el refugio de personas que han salido de la homosexualidad. Por ahora estas personas rescatadas no son muchas entre nosotros, pero lo serán. Y necesitamos capacitarnos para enfrentar estos nuevos retos que nos demanda nuestro servicio a Dios. El presente trabajo aborda de forma rápida algunos puntos muy importantes de este ministerio, pero quedan de lado otros igualmente importantes como: la teología homosexual, las argumentaciones médicas falsas respecto de que el homosexual nace, la homosexualidad como movimiento político y social muy bien orquestado, los cambios de rumbo y de conceptualizaciones dentro de la homosexualidad, cómo “vacunarnos” contra la homosexualidad, el manejo de la homosexualidad en las Iglesias, entre otros.

La Homosexualidad como Movimiento:

Actualmente existen Iglesias cristianas evangélicas que apoyan la homosexualidad. Tienen incluso programas de evangelismo y trabajan para propagar sus congregaciones. La Iglesia anglicana hace poco se vio envuelta en un escándalo por la elección de un obispo homosexual. Tal movimiento jugó un papel muy importante en las pasadas elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América. En México, ya se ven iniciativas para modificar la ley y proponer tres sexos. Menciono todo esto sólo para hacer un preámbulo. En contraparte, me alegra ver que nuestro silencio al respecto ha terminado. Estamos asistiendo al movimiento evangélico más importante para el rescate de las personas atrapadas en la homosexualidad. El hecho de que usted esté leyendo esto ahora, es una muestra. Bienvenido al grupo.

La Iglesia y La Homosexualidad:

La relación de la Iglesia con la homosexualidad, es la relación de la Iglesia con el pecado. Sólo que en el caso de los pecados “visibles”, parece que les damos un peso mucho más alto que el que Cristo les da. Siguen siendo pecados y no podemos perder esta perspectiva. Nuestro liderazgo evangélico poco entrenado y más fariseo que cristiano, ha expulsado a los homosexuales de nuestras Iglesias. En muchos casos las personas que sufren tentaciones de este tipo no sienten la confianza de acercarse con nadie porque ni siquiera se menciona en las predicaciones como pecado. Es decir, no existe ni como pecado dentro de mi Iglesia. Si alguien fornica o roba o se emborracha, bueno, de eso sí se habla, pero de homosexualidad, jamás.

Dicha situación ha provocado que se cree un ambiente de negación del pecado homosexual. Y sabemos todos que ante la negación, el crecimiento de la maldad es mucho más acelerado. Dice Proverbios 28:13: “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. El que como Iglesia dejemos de confesar algunos pecados, ha provocado su fortalecimiento y propagación aún adentro. En mi perspectiva, esto se ha originado por dos elementos:

Primero, la ignorancia de la congregación acerca de lo que es la homosexualidad y lo que se debe hacer. Muchas personas dentro de las Iglesias creen que la homosexualidad es de nacimiento, cuando no existe ningún experimento científico serio que lo compruebe. Los ven con desprecio.

Segundo, como consecuencia de ese desprecio, la congregación no los saluda y muchas veces el mismo pastor no sabe cómo acercarse y mostrar el amor de Cristo. No se trata de lo que denuncia la Biblia en Isaías 5:20: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo!” Ni es cosa de solapar el pecado, sino de mostrar el amor de Cristo. Por último, aún y cuando la persona ya se haya entregado a Cristo, la resolución de los dos puntos anteriores serán pilares básicos para que se quede y se integre a la Iglesia. Muchos son alcanzados en campañas, pero pocos se quedan en las congregaciones por los motivos mencionados. Espero que la presente información y elaboración de mi experiencia les sea de utilidad a todos los restauradores del cuerpo de Cristo y también una herramienta de alcance para las personas atrapadas en este engaño de la homosexualidad.

Introducción a la homosexualidad:

Es importante conocer cierta terminología para manejar adecuadamente a cada caso y no juzgar a la ligera las situaciones y a las personas.

 Homosexualidad: La atracción emocional y/o sexual por personas de su mismo sexo.
 Travesti: Quien se viste como el sexo opuesto.
 Transgénero: Quien siente que es del sexo opuesto pero en el cuerpo equivocado.
 Transexual: Quien se cambia de sexo.
 Afeminado o amanerado: Quien se comporta como el sexo opuesto. No significa que se sienta atraído. Es decir, no se cree homosexual.

 Metrosexual: Según Mark Simpson, (Salon.com, 22 jul 2002): “El tipo metrosexual es un joven con dinero para gastar, que vive en las metrópolis donde están las mejores tiendas, clubes, gimnasios y peluquerías. Puede ser oficialmente homo, hetero o bisexual, pero esto no tendría tanta importancia porque se toma a sí mismo como su propio objeto de amor y placer. Son profesionales independientes. Modelan, trabajan en los medios y las productoras o en la música pop, y ahora también en los deportes, pero aman los productos de vanidad masculina.”

Puntos interesantes Así como se piensa que todo amanerado es homosexual, también existe la creencia que el matrimonio y la homosexualidad no se llevan. Otro error más.

El treinta por ciento de los homosexuales practicantes que piden ayuda, están casados. El problema no se resuelve con el matrimonio. Si tú que lees tienes tentaciones homosexuales o estás luchando con un estilo de vida homosexual, no te engañes ni creas que teniendo una novia se resuelven tus problemas. Mejor busca ayuda profesional o consejería con un pastor entrenado al respecto. Esto no se resuelve inmediatamente.

Es un proceso que comienza con aceptarlo, querer cambiar y buscar ayuda. Una de mis pacientes me decía: “Yo lo intenté muchas veces. Entendí que lo mejor era aceptarlo”. Cuando le pregunté que cómo lo había intentado vencer, me dijo que esforzándose ella sola porque no le gustaran las mujeres. Esto equivale a que yo diga que ya intenté muchas veces arreglar mi carro cuando no sé nada de mecánica, y que como no pude hacerlo, significa que no tiene remedio.

Ella entonces entendió que en verdad, el haberme buscado fue la primera vez que intentó arreglarlo. No sé porqué en asuntos psicológicos existe la idea de que todos pueden solos.

Everardo Martínez Macías

http://www.venser.org/

No hay comentarios: