Fórmulas para triunfar (II)

TRACE UN PLAN DE ACCIÓN.
Una vez haya fijado sus metas definidas, dedíquese a trazar un Plan de Acción. El logrará convertir en realidades lo que ahora está solamente en sus pensamientos. El plan de acción evita las dilaciones los retardos inútiles, las demoras, los aplazamientos que atrasan la consecución de sus ideales. El tener un plan determinado para actuar crea dentro de Ud. una inspiradora inquietud, y una gran seguridad en el actuar. El Plan de Acción despierta el dormido potencial que tenemos en nuestra personalidad y hace sentir el latido de la fuerza de los talentos, habilidades y capacidades que reposan dentro de nosotros y que nos pueden conseguir tantos triunfos.

El Plan de Acción es como un buldozer o una motoniveladora: va allanando las dificultades y quitando los tropiezos que hasta ahora nos mantenían "varados" en el camino, y es como el Mapa Estratégico de los militares que va señalando a cada paso qué es lo que hay que hacer o evitar.

NO REGALE TESOROS CERCANOS POR AMBICIONAR HUMOS LEJANOS.
Recuerda la historia del dueño de la famosa hacienda Golconda? Su gran deseo era lograr conseguir muchos diamantes. Para ello vendió su hermosa finca y se fue a recorrer el mundo entero buscando minas de estas preciosas piedras.

Recorrió el continente removiendo rocas y montañas y no logró encontrar los ambicionados diamantes. Mien tras tanto el que le había comprado su antigua propiedad se propuso buscar tesoros no afuera de sus dominios sino dentro de sus posesiones, y encontró allí la más grande colección de diamantes del mundo, que hizo famosa en la historia la antes desconocida ciudad india de Golconda. El primero se arruinó por pretender buscar los tesoros lejos de sus propias posesiones, y el segundo se volvió rico y famoso explorando sus propios territorios.

Quién no ve en esta historia la imagen viva de los que viven buscando tesoros en las lejanías, en un pasado que ya nunca volverá y que ya nadie logrará cambiar, o en un futuro que probablemente no sucederá como lo es-tamos imaginando, mientras que descuidan la propia posesión que es el presente? Para qué irnos a buscar soluciones con "susto" en un futuro que acaso nunca llegue, o con tristeza en un pasado que partió para no volver, y mientras tanto descuidar la exploración de nuestro propio territorio que es el Hoy?

Por eso dígase de vez en cuando:

1- Mi tesoro es el "HOY". El mañana no ha nacido y el ayer ya murió. Hoy debo actuar. Lo que ayer no hice ya se quedó así, y lo que tenga que hacer mañana lo haré mañana, pero hoy tengo que realizar y practicar todo lo que me sea posible para triunfar.

2- Mi tesoro es el AHORA. ¿Que ayer me fue mal? y qué gano con lamentarme? Que mañana tendré tales problemas? Dejemos que lleguen y los enfrentamos. Pero el AHORA tengo que aprovecharlo con todas mis energías para hacerlo rendir en favor de mi ideal.

TODOS SOMOS ARQUITECTOS DE NUESTRO PROPIO DESTINO.
Por eso hoy dedicaré mis energías y mi inteligencia a dar un paso más hacia mis ideales. Y los iré acercando cada día mas hacia mí. Cada día tengo que poner un ladrillo en el edificio de mi ideal.

NUESTRA ACTITUD HACIA LA VIDA ES LO QUE DETERMINA LA ACTITUD DE LA VIDA HACIA NOSOTROS.
Conoce Ud. algunas de esas personas que la gente llama "AFORTUNADAS"? Parece que a ellas y solo a ellas les suceden toda clase de cosas maravillosas. Dan la impresión de ir gozando por la vida y que obtienen en un año más triunfos de los que nosotros obtenemos en diez. Pues óigalo bien: la actitud de esas personas ha sido perfectamente estudiada y se ha llegado a la conclusión de que su secreto está en que tienen una ACTITUD POSITIVA ANTE LA VIDA. Esperaron de la vida lo mejor y no !o peor. Se propusieron una meta y no dejaron de trabajar un solo día
por obtenerla.

TODO LO QUE EL ÁRBOL TIENE DE FLORIDO, VIVE DE LO QUE TIENE SEPULTADO.
Dijo el poeta Amado Nervo. Ud. Está hoy sepultando fatigas, planes, oraciones, consultas etc. y de todo eso se alimentará el futuro árbol de sus éxitos. No olvide jamás: Lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado. Dedíquese a sepultar en el tesoro de su existencia más planes, más oraciones, más trabajo, y el árbol de sus triunfos será más frondoso y lleno de frutos sabrosos y reconfortantes.
Un amigo dijo acerca del gran poeta Guillermo Valen­cia: "Escribe bien porque tiene muchas cualidades naturales para la poesía". Y el famoso escritor comen­tó: "No puedo negar que he recibido especiales dotes naturales para la poesía, y por ello le estoy muy agra­decido a Dios. Pero hay que reconocer también que he dedicado muchas horas días y años a perfeccionarme en el arte poético, y que cada una de mis poesías ha sido el fruto de muchos y muy largos esfuerzos intelectuales". Los grandes triunfos son fruto de grandes esfuerzos.

PARA CONSEGUIR TRIUNFOS HAY QUE PLA­NEARLOS ANTES.
Desearlos, trabajar duro para lo­grarlos y no cansarse de tratar de conseguirlos. Cuando la gente decía que el General Napoleón ganaba todas sus batallas porque tenía un "Geniecillo" que le iba iluminando lo que debía hacer, el famoso militar respon­dió: "No se trata de ningún duendecillo que me trae ideas luminosas en el momento preciso. Se trata es de que yo no haga nada sin planearlo todo cuidadosamen­te. Porque en las batallas de la guerra como en todas las demás de la vida, nada sale bien si no se planea cui­dadosamente, y si no se lucha duro y sin cansarse hasta conseguir el éxito deseado". No olvide amigo esta ense­ñanza del gran estratega.

POR EL ATAJO DE LA FACILIDAD NO SE LLEGA AL ÉXITO.
¿Quiere disfrutar de sabrosos triun­fos? Recuerde que el triunfo no le sale a nadie de im­proviso al camino. Éxito no es azar ni buena suerte ni improvisación. Éxito es el resultado de una cuidadosa planeación de lo que deseamos conseguir, y de una constante dedicación a tratar de obtener lo que anhe­lamos.

ÉXITO NO SON "GOLPES DE SUERTE", O TRAMPOSERÍAS.
Se imagina Ud. que quienes han llegado a la popularidad y a la fama lo han conseguido solo por golpes de buena suerte o por trampas y palan­cas? Eso sería desconocer lastimosamente la historia y la sicología. Los grandes líderes se propusieron una meta y trabajaron cada día y cada hora para obtenerla, hasta que al fin lo consiguieron., Claro que para ello se hicieron ayudar de cuantos más pudieron; y que la buena suerte (que para los creyentes se llama "Divina Providencia o ayuda misericordiosa de Dios") les cola­boró maravillosamente. Pero ningún fruto lograron dis­frutar sin haberlo deseado ardientemente y sin haber "sudado" fatigosamente por conseguirlo. Los éxitos no se encuentran por ahí a la vuelta de la esquina. Hay que andar bastante para encontrarlos.

LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS Y DE FRA­CASO CAUSAN VERDADEROS Y DESASTROSOS CAMBIOS FÍSICOS EN EL ORGANISMO Y ATRA­SAN LA HORA DEL ÉXITO.
Está científicamente comprobado que el odio, el miedo, el resentimiento, el miedo por el futuro, etc. causan trastornos estomaca­les, jaquecas, arteriosclerosis (que impide la llegada de suficiente sangre al cerebro y por lo tanto no deja a éste trabajar debidamente). Las ideas negativas (por ej. No puedo, no sirvo para nada, voy a fracasar, nada me pue­de salir bien, no me quieren, no merezco triunfar etc. etc.) son "rémoras" que detienen nuestra embar­cación y no la dejan llegar al puerto del triunfo. Sabe Ud. qué eran las rémoras? Eran unos animalitos que se prendían por centenares a las quillas de los barcos. Los marinos tenían la creencia de que estos pececillos tiraban al barco hacia atrás y no le dejaban adelantar lo suficiente. De ahí salió la costumbre de llamar "Rémora" a toda idea que en vez de lanzarnos hacia adelante nos echa para atrás. Y ninguna idea más "Rémora" que las ideas negativas. Estas no dejan avanzar hacia el éxito. Hay que empezar a acabarlas ya de una vez.

NO CREA QUE ÉXITO ES SER MILLONARIO O SER FAMOSO.
Los que han llegado a ser todo esto no siempre han sido muy felices. Éxito es lograr coronar los ideales nobles que nacen en nuestra alma, y poder ha­cer mucho bien por los demás. Para el cristiano el éxito consiste en lograr realizarse, ser útil, no dejar de progre­sar, y lograr llevar una vida de tal manera virtuosa que logre proporcionar alegría a Dios y a muchas personas buenas en esta tierra, y le consiga una felicidad eterna en el cielo.

NO SE IMAGINE QUE EL ÉXITO ES UNA IDEA LEJANA E INACCESIBLE.
No señor. Eso pensarán los fracasados, que se imaginan que el éxito exige esfuer­zos sobrehumanos y golpes espectaculares de la suerte. No. El éxito lo tiene Dios por montones en sus manos y lo entrega a los que se esfuerzan. Y para Ud. también ha creado éxitos y muchos más de los que Ud. se ima­gina.

GRÁBESE BIEN ESTOS LEMAS QUE LO PUEDEN TRANSFORMAR
NUNCA ES TARDE PARA TRIUNFAR, Y NUN­CA ES DEMASIADO PRONTO PARA EMPEZAR.
La vida está llena de existencias grises e inútiles porque es­tas personas en un tiempo, al principio se imaginaron que todavía era demasiado pronto para empezar a luchar por conseguir triunfos y después, en otro tiempo, se dejaron llevar de la idea equivocada de que ya era demasiado tar­de para tratar de triunfar. Jamás somos ni demasiado jóvenes ni demasiado viejos para que nos dediquemos a conseguir el ideal de triunfos que anhelamos. Cualquier día es tiempo oportuno para empezar. Lo grave sería no dar el primer paso o dejar de dar el último que se ne­cesita dar para llegar a la meta. La verdad triste es que muchos no llegaron porque no se atrevieron a dar los primeros pasos o se desanimaron antes de dar los últimos que hacían falta. Muchos se devuelven cuando ya el éxito estaba a la próxima vuelta del camino.

NO SE RINDA ANTES DE LLEGAR A LA META
El éxito puede estar a la vuelta de la próxima esquina que le falta por alcanzar. No sea de ese número de per­sonas que empiezan con ánimo y esperanzas, y trabajan y actúan y hacen planes y desean conseguir el ideal, pero después de unos años su resistencia comienza a flaquear y se convencen de que ya no vale la pena buscar más el éxito y se dejan llevar del temor a fracasar. Dios no le creó a Ud. para fracasar sino para triunfar. Créalo. Es muy cierto.

SEA DE LOS QUE NO SE RINDEN A MITAD DEL CAMINO.
Este grupo es enormemente reducido, pero Ud. puede pertenecer a él. Basta que lo quiera, y que lo quiera de veras. Este grupo es el responsable principal de los mayores adelantos del mundo. Son gen­tes que no creen que el éxito es cuestión de suertes o de trampas o de azares. Sencillamente levantan la frente dan cada día un paso más; envían con aire de triunfadores un saludo a la vida, y nunca se dejan engañar por esa espantosa mentira que consiste en creer que los obs­táculos son imposibles de vencer. Viven y respiran éxito.

LOS QUE TRIUNFAN SON PERSONAS CO­RRIENTES QUE HAN SUFRIDO TAMBIÉN, y saben lo que es pasar hambre y necesidad. Muchas puertas les fueron cerradas, pero creyeron que "cuando Dios cie­rra una puerta, deja abierta una ventana". La vida no les fue fácil, pero consideraron las dificultades como una alegre aventura que superar. Cuando encontraron cerrada una puerta pasaron a tocar a la puerta siguien­te, y cuando sintieron que el éxito se alejaba caminaron un kilómetro más sin desanimarse. Y como resulta­do: el éxito terminó rindiéndose ante su perseverancia.

SI LE GUSTA EL ÉXITO TRABAJE PARA CONSEGUIRLO. A todos nos gusta el éxito, pero no todos trabajamos debidamente para alcanzarlo. No nos hagamos ilusiones pensando que el éxito va a venir de una lotería, de un concurso hípico o de un negocio turbio. Esto a lo más traería dinero pero no el éxito. Las calles de las ciudades están pavimentadas de per­sonas que consiguieron dinero pero no lograron el éxi­to que les iba a llenar de felicidad. Si preguntamos a 50 personas si desean el éxito, las 50 nos responden que sí.
Pero si averiguamos cuántas trabajan por conseguirlo nos encontraremos con que la mayoría no le da la debida importancia a la labor constante por superarse y por sa­car al máximo provecho a sus dotes personales. 30 dicen que sí desean triunfar pero no mueven un dedo por conseguirlo. 20 hacen algunos esfuerzos pero pron­to se cansan y desisten. 10 se dedican con toda el alma a conseguir el ideal. Y sólo éstas lo logran obtener.

EL ÉXITO NO ES FRUTO DE PODERES MIS­TERIOSOS U OCULTOS.
Éxito es una habilidad. Y como todas las habilidades puede ser adquirida, median­te el ejercicio perseverante.

LOS TRES PRIMEROS PASOS PARA CONSE­GUIR EL ÉXITO SON:
l. Cultivar un intenso deseo de conseguir lo que uno se ha propuesto;
2. Fijar bien y con precisión cuál es el ideal que se desea conseguir.
3. Elaborar un plan claro v concreto para lograrlo.

Repasemos ahora algunos puntos ya descritos:

LA ETAPA INICIAL ES UN GRAN DESEO DE TRIUNFAR.
No tengamos miedo a desear ardiente­mente el bien que nos proponemos conseguir. No te­mamos soñar. Por un proceso de química mental, el cul­tivar un ardoroso deseo lleva a los trece mil millones de células o neuronas que tenemos en nuestro cerebro a buscar caminos para lograr conseguir lo que se anhela. Cuantos mayores bienes nos atrevamos a desear, mayores bienes lograremos conseguir. Dios no hubiera puesto tan grandes anhelos en nuestra mente si no tuviera el deseo de ayudarnos a realizarlos.

HAY QUE VISUALIZAR LO MAS EXACTAMEN­TE POSIBLE QUE ES LO QUE DESEAMOS OBTE­NER.
Es necesario cristalizar la meta, definir bien claro a donde deseamos llegar. No tengamos miedo en propo­nernos ideales altos para conseguir. Pero que sean claros y no entre humos y nieblas sin saber al fin y al cabo qué es lo que tratamos de obtener. Veamos el objetivo como si ya se hubiera realizado, como hacen los arquitectos que al empezar la construcción ya tienen hecha la maqueta con todos los detalles de la obra. Habrá detalles nuevos que se nos irán presentan do en el transcurso del camino, pero lo importante es que sepamos qué es concretamen­te lo que deseamos llegar a ser o a conseguir.

TRACEMOS UN PLAN PARA LOGRAR NUES­TRAS AMBICIONES.
No dejemos nada al azar. Divida­mos el plan general en metas inmediatas que iremos consi­guiendo poco a poco. Y cada pequeña meta conseguida será un empujón más que animará a seguir corriendo ha­cia el éxito. Son pequeños "premios de montaña" que van aumentando nuestro "puntaje".

LA DETERMINACIÓN DE NO DEJAR DE AC­TUAR SERA LA MAS FIRME GARANTÍA DE TRIUN­FO.
No importa que las cosas no resulten siempre como uno se las esperaba. Las dificultades hacen crecer la per­sonalidad. El que obra puede equivocarse, pero el que no obra ya está equivocado definitivamente. Lo impor­tante es no dejar de obrar. Como la hormiga tenemos que esforzarnos porque no quede un solo día sin llevar un viaje de refuerzo hacia nuestro centro de acción. Y de viaje en viaje se llega a amontonar tesoros.
De: P. Eliécer Sálesman ( Fórmulas para llegar al Éxito)

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