Fórmulas para triunfar (I)

LA FÓRMULA BÁSICA.
Los investigadores se han dedicado a averiguar cuál ha sido la idea, el secreto que ha llevado al triunfo a tos grandes personajes de la historia. Y han encontrado una FÓRMULA que todos los triunfadores practicaron, y sin la cual no habrían llegado a ser grandes ni famosos. Esta fórmula consiste en los siguientes 5 puntos:
1.) Dirigir el pensamiento hacia una meta fija que se desea conseguir. Saber bien cuál es esa meta que se desea alcanzar y no desviar la atención de ella.
2.) Elaborar un plan para lograr conseguir esa meta, un plan cuidadoso y detallado que se va siguiendo día por día, y que hace que nuestra actividad sea organizada y llena de entusiasmo.
3.) Desarrollar un sincero deseo de realizar aquello que se quiere conseguir. El deseo ardiente es el más importante motivador de las acciones. El deseo de lograr éxitos consigue la costumbre de conseguir éxitos.
4.) Adquirir una confianza grande en la ayuda de Dios y en sí mismo; confianza en las propias capacidades y habilidades para lograr el éxito, rechazando toda posibilidad de que Dios nos deje solos, y concediéndole muchísima mayor importancia a las cualidades positivas que se tienen que a las debilidades o a las posibilidades de derrota.
5.) Dedicarse a una acción tenaz e incansable para lograr obtener la meta que se busca conseguir, sin desanimarse por los obstáculos, !as criticas, las circunstancias adversas, o lo negativo que los demás piensen, hagan o digan.
Esa energía concentrada hacia !a consecución de una meta, atrae enormemente las oportunidades, las cuales no se dejan atrapar por los que están sin hacer nada, pero se acercan generosamente a quienes se atreven a atacar, a trabajar fuertemente por conseguir el éxito.
Esta es la fórmula básica que tenemos que grabar profundamente en nuestra memoria a base de repetida y estudiada, y que P. Meyer Hamo "el Plan del éxito personal a base de automotivación, para desarrollar al máximo el propio potencial de cada uno", y que él resumió en estas palabras suyas que se han hecho mundialmente famosas: "Todo lo bueno que: vivamente imaginamos, ardientemente deseamos, sinceramente creamos, y entusiásticamente emprendamos, de un manera impresionantemente favorable se transformará en algo placentero y beneficioso para nosotros".

UD. ES LO QUE PIENSA, Y SERÁ LO QUE DESEA SER.
Esta fórmula, que es clave en la automotivación, está basada en un principio científico comprobado por sicólogos de todo el mundo, y que dice así:
"Cada uno es el resultado directo de sus pensamientos. Una persona es lo que piensa, y puede llegar a ser lo que desea ser. Los sabios investigadores han demostrado que el ser humano únicamente utiliza el 25 o/o o 30 o/o de su cerebro, y que casi todos morimos sin haber estrenado las dos terceras partes de nuestra capacidad cerebral.
De los trece mil millones de células o neuronas que tenemos en el cerebro, casi diez mil millones irán con nosotros al sepulcro sin que las hayamos hecho trabajar. Teníamos miles de millones de colaboradoras cerebrales listas a ayudamos, pero nuestra pereza mental no nos dejó pensar, y nuestro pesimismo no nos dejó desear en grande, y morimos sin haber triunfado. Se cumple así la queja del Profeta en la Biblia: "El mal de mi pueblo es que no dedica tiempo a pensar y meditar" (Oseas 4).
Recuerde pues: sus éxitos dependen en mucho de sus pensamientos. Y no tenga miedo a dedicarle tiempo a pensar, y a pensar en grande.

NO HAY QUE DAR GOLPES EN EL PECHO DEL VECINO.
Acostumbra Ud. a echar a los demás la culpa de lo malo que le sucede? Pues por ese método no va a llegar a ningún triunfo. Piense más bien: "Qué velas llevo yo en este entierro?". Un hombre dispuso entrar en esa sociedad maravillosa que se llama "Alcohólicos Anónimos" que a tantas personas ha librado de vicios y tristezas. Le recibieron muy amablemente y le preguntaron: "A qué causa atribuye Ud. el haberse entregado al alcoholismo?" Y el enfermo respondió: "Pues miren, es que tengo una esposa que es una cacatúa, y una suegra que es una energúmena y. ..". —"No, no—, le respondieron los otros -. Por favor no le eche la culpa a los demás. Aquí no venimos a dar golpes de pecho en el pecho del vecino, sino en nuestro propio corazón.
Lo importante es saber qué culpa tiene Ud. en este asunto, porque mientras Ud. no reconozca su propia culpabilidad no es posible empezar su curación. ..
Y pocos meses después aquel hombre estaba regenerado. Pero porque supo echarse a sí mismo la culpa de sus males, sin andar lanzando pedradas de culpabilidad a la casa de los vecinos.
Hay otro caso muy frecuente. Llega la esposa a donde el sicólogo. "Doctor, mi hogar está para destruirse"— Y a qué causas atribuye Ud. señora esa destrucción de su hogar?
- Pues doctor, es que ese hombre es un desalmado, un grosero, un patán, un. . ,
- Un momentito— le responde el sicólogo- Señora aquí no hemos venido a regañar a su esposo. Si él estuviera presente le reprocharíamos, pero como está ausente es tiempo perdido criticarlo. Lo importante es saber: qué culpabilidad tiene Ud. en este asunto, para poder darle soluciones que estén a su alcance.
Y poco a poco la señora va reconociendo que ella ya no es cariñosa ni detallista con su marido. Que le cantaletea por mucho tiempo una misma falta cometida.....que quizás ya no se arregla ni se esfuerza por serle simpática. . . que no ha rezado por él, ni se detiene a recordar las cualidades que él tiene y los favores que le ha hecho. . . y cuando aquella mujer se convence de que casi en todos los casos la culpa no es de uno solo, sino de ambos y que si ella cambia y mejora, todo su hogar cambia y mejora, la tragedia de su hogar se va convirtiendo en paz y calma. Y más, si logra que su esposo consulte también al sacerdote o al sicólogo y empiece a echarse a si mismo la culpa de las malas andanzas de su hogar sin recargarle toda la culpa exclusivamente al otro cónyuge.
Así que, la fórmula 3 consiste en no andar echando a los demás la culpa de lo desagradable que nos sucede, sino más bien averiguar qué responsabilidad tenemos nosotros también en este asunto. Así se cumplirá en nosotros una promesa muy agradable de Jesús: "Si no condenáis a los demás no seréis condenados por Dios (S. Mateo 7).

CONSIDÉRESE CAPAZ Y SERA CAPAZ.
La psicología ha descubierto que quien se considera capaz de realizar una acción y de obtener un ideal, siente en su interior una gran aptitud para lograrlo.
Hay que motivarse. Hay que auto-evaluarse. Los siquiatras hipnotizan a un hombre y le dicen: "Ud. es débil.
No es capaz de levantar sino cinco kilos". Y el pobre hombre trata de levantar un sencillo peso de seis kilos y ya no lo logra conseguir. Luego lo vuelven a hipnotizar y le repiten muchas veces: "Ud. es fuerte puede levantar 50 kilos". Y el mismo que antes no era capaz de levantar seis kilos, levanta ahora fácilmente sesenta kilogramos. . . Lo que hace la ¡sugestión!
No olvide: si Ud. cree que puede, puede. Si cree que si es capaz, llegará a ser capaz. Esto no es mágico. No produce cambios instantáneos, pero va transformando su personalidad de una manera inesperada.
Hay que llegar a una sugestión positiva. Las religiones todas tratan de que sus oyentes lleguen a esas sugestiones positivas: sí lo puedo, sí lo voy a conseguir con la ayuda de Dios, si me conviene y es para mi bien"
Esto multiplica por mil las propias fuerzas. El repetirse: "yo puedo hacerlo, sí puedo conseguirlo” crea un ambiente de sugestión en el ánimo que lleva hacia el éxito. La convicción de que lo vamos a lograr obtener, trabaja en favor del ideal, y éste se acerca enormemente hacia nosotros.

EL DESEO DE LOGRAR ÉXITOS CONSIGUE LA COSTUMBRE DE CONSEGUIR ÉXITOS.
Es necesario que Ud. cultive un deseo vehemente por las metas que desea conseguir. Un deseo ardiente es el más grande motivador de la acción humana. Indiscutiblemente el grado de éxito que Ud. alcance en la vida estará en relación directa con la intensidad de los deseos que tenga por conseguirlos. Un anhelo inmenso fortalece su resolución de alcanzar sus triunfos.
En el desierto el que tiene un gran deseo de beber se llega a formar en su imaginación una representación tan viva del oasis que calmará su sed, que le parece estar ya legando a él. Eso es exactamente lo que le sucederá a quien desea vehementemente triunfar: su imaginación le irá presentando soluciones, la vida se le llena de un nuevo interés y su actividad indudablemente mejorará hay que distinguir entre el "quisiera" y el "quiero";entre el simple y vago deseo y el "anhelo". El anhelo es un deseo vehemente, profundo, incontenible. Es una sed del alma. El simple deseo se disipa ante la primera dificultad. El deseo vehemente se crece ante las dificultades y no se deja apagar por las oposiciones. "Lo quise. Lo deseé con toda el alma. Sencillamente lo quise con todo el corazón, y lo conseguí", exclamó Madame Curie, la única mujer que ha obtenido dos pre­mios Nobel en el mundo, uno en Física y otro en Química. Así explicaba como ella una pobre estudiante que caía desmayada en clases por pura física hambre, logró ser autoridad mundial en ciencias. Deseaba serlo, y su deseo vehemente la llevó a conseguirlo. En cambio muchos que se quedaron a la mitad del camino podrían repetir lo contrario: "Lo deseaba pero con un deseo tan débil, que las dificultades lograron marchitarlo antes de que él lograra conducirme al triunfo".
No lo olvide nunca: el deseo de lograr éxitos logra crear en su conciencia una mayor facilidad para conseguir éxitos, la costumbre de conseguir éxitos. Pero tampoco olvide jamás aquella frase tan hermosa del Sabio Salomón en la Biblia: "Lo que consigue éxitos es la bendición de Dios. Nuestro solo afán no logra nada".

FOMENTE UNA CONFIANZA EN UD. MISMO Y EN SUS PROPIAS HABILIDADES.
Ud. ha sido hecho a imagen y semejanza de Dios. Por dos veces repite esta verdad la S. Biblia. Dios se miró en el espejo y al ver su imagen lo hizo a Ud. totalmente parecido a El (No semejante en su cuerpo, que Dios no tiene cuerpo, sino en el espíritu).
No acepte mentalmente que Ud. haya sido creado para la derrota o para el fracaso, porque Dios no goza asistiendo al fracaso de sus hijos. Concentre su mente en sus cualidades positivas y no en sus debilidades; en su capacidad de triunfar y no en problemas imposibles de resolver.
Confiar en sí mismo no es endiosarse ni vivir dándose "certificados de buena conducta" y excusas para sus faltas. Hay que encararse honestamente a los propios errores y trabajar constantemente por corregidos. Pero no hay que creerse menos de lo que uno es, porque esto es mentira y lleva a la cobardía.
Su acercamiento a su realización o a su fracaso, depende en mucho de la imagen que Ud. tenga de sí mismo. Usted tiene que escoger entre el pensar alegre o el pensar triste; entre el pensar en que Ud. si' vale, o vivir dándose "garroteras" mentales pensando que nada vale y nada puede.
Todos somos "animales de costumbres". Si nos acostumbramos a estimarnos a nosotros mismos rápidamente adquiriremos también costumbres de éxitos. Sus éxitos van a depender en gran parte del grado de determinación que Ud. ponga. Cada vez que que se dice a sí mismo: "Sí soy capaz, sí tengo cualidades, sí puedo", está fortaleciendo su capacidad de determinación. Fórmese la costumbre diaria de pensar bien de Ud. mismo y de sus capacidades. Piense en los que ya han triunfado: ellos creyeron en sí mismos y en su capacidad para triunfar, y lo consiguieron.

DEDÍQUESE CON INQUEBRANTABLE DETERMINACIÓN A CONSEGUIR SUS METAS, SIN DESANIMARSE POR LOS OBSTÁCULOS, LAS CRÍTICAS O LAS DIFICULTADES.
Los grandes personajes tenían una perseverancia a toda prueba. No se cansaban de insistir y por eso llegaron al éxito. Beethoven le trabajó por años y años a su Quinta Sinfonía y obtuvo una obra maestra, gloria de la música mundial. Schuman compuso una Sinfonía que fracasó estrepitosamente en 1842 y fue silbada con desprecio. Le trabajó otros diez años sin desanimarse y la reestreno en 1852, y ahora es una de las obras que todas las orquestas prefieren, su Sinfonía No. 4.
Virgilio duró 20 años escribiendo su famoso libro La Eneida en el siglo primero, y Dante gastó 30 años escribiendo su célebre obra la Divina Comedia en el 1.300, y Tiziano al enviar al emperador Carlos Quinto su hermoso cuadro le escribe: "Le gasté siete años, trabajándole todos los días, y muchas noches también".
No esperemos soluciones mágicas o fáciles. Siempre encontraremos obstáculos y dificultades, pero jamás podremos admitir que haya murallas impasables. Todas las podremos superar con la ayuda de Dios y con nuestro esfuerzo perseverante.
Don Bosco y Cavour, dos grandes jefes populares italianos, repetían esta misma frase: "Yo, cuando encuentro un obstáculo, trato de quitarlo o de pasar por encima. Si no lo logro, le doy una gran vuelta y paso hasta el otro lado. Pero echar para atrás? jamás. -Eso nunca".
Reaccione Ud. con estos mismos sentimientos. Esa reacción de constancia y perseverancia será un imán que le atraerá e! éxito. Los antiguos repetían "La constancia todo lo alcanza". Y ¡a experiencia ha demostrado que sí tenían mucha razón al afirmarlo.
Dios no regala a nadie sus triunfos fácilmente, pero siente mucho gusto en repartirlos entre los que no se desaniman en la lucha por conseguirlos.

NOSOTROS ATRAEMOS AQUELLO EN LO QUE PENSAMOS.
Es una ley irresistible que domina el campo de la actividad humana y opera con una exactitud matemática. Los pensamientos negativos atraen resultados negativos, pero los pensamientos positivos atraen resultados positivos. Una persona que tiene una gran fe en la ayuda del Dios Todopoderoso, Padre de todos nosotros, y un gran aprecio hacia las propias cualidades y capacidades, que son inmensas, con esa actitud positiva que no acepta haber nacido para fracasar o para ser un "Don Nadie", va atrayendo sin darse cuenta los éxitos y triunfos.
Al estar convencido de que Ud. si puede hacer obras importantes, naturalmente Ud. irá pensando por la mañana y por la tarde, y aún hasta mientras duerme, en cómo llegar a hacerlas. Y esa maquinaria tan poderosa que es su cerebro, le irá proporcionando soluciones para situaciones en las que antes no veía ninguna salida. Y pensando dignamente, Ud. se acostumbrará a hablar dignamente y a tener un comportamiento lleno de dignidad.

SIENTA APRECIO POR UD. MISMO.
Dignidad, según Santo Tomás, es sentir un gran respeto por uno mismo y por los demás.Tenemos dignidad? de veras sentimos un gran respeto por nosotros mismos? A los demás hay que respetarlos muchísimo, pero por nosotros mismos también debemos sentir gran respeto y mucho aprecio.
Si creemos que somos inferiores, lo somos de verdad. Pero si creemos que tenemos cualidades suficientes para triunfar, podremos triunfar con mucha mayor facilidad.

CRISTALICE SUS PENSAMIENTOS, DEFINA CUÁLES SON LAS METAS QUE DESEA CONSEGUIR.
Muchos fracasaron e hicieron de sus vidas unas existencias insípidas y sin entusiasmo porque no se propusieron metas precisas para alcanzar. No tenían ideales concretos. Otros fallaron porque no dedicaron una entrega total a la consecución de sus ideales. Porque para obtener el ideal hay que "pagar el precio", o sea, hay que dedicarle todos los esfuerzos e inteligencia de que dispongamos. No se extrañe que le repitamos mucho estos mismos conceptos. Porque, como repetía Napoleón, "el único modo eficaz de aprender, que produce siempre resultados seguros, es la repetición". Y existen principios tan supremamente importantes que deben ser repetidos hasta la saciedad, hasta que su repetición forme un zureo en el cerebro y los deje allí grabados para siempre. Uno de ellos consiste en esto: que es absolutamente necesario tener ideales bien definidos. Y el otro, que ningún ideal se logrará conseguir si no se ha pagado antes "una cuota inicial" de esfuerzo y perseverancia.
Sea claro, específico, definido, en los ideales que desea obtener. No viva pensando en generalidades. . . Yo desearía. . . No use términos vagos. Ponga a trabajar su imaginación. El rey David decía: "Dios siente gusto en satisfacer los buenos deseos de los que lo aman" (Salmo 144)
¿Ud. ama a Dios? Claro que si. No tanto como debiera, pero sí lo ama, y sería el loco más torpe del mundo si no amara a un Amigo tan formidable como es Nuestro Señor que no piensa sino en ayudarle a progresar y a realizarse. ¡Pues bien. El Libro Infalible, el que jamás se equivoca ni falla en ninguna de sus promesas, la Biblia, dijo hace casi tres mil años y lo sigue repitiendo que Dios goza y siente un gusto especial en hacer que los buenos deseos de sus amigos lleguen a feliz término. Y unos de esos buenos deseos son los ideales que Ud. se está forjando.
Así que desarrolle aquella maravillosa facultad de hacer proyectos que se llama la imaginación, y póngala a trabajar en su favor, a favor de aquellos ideales que más ardientemente está deseando conseguir. Existe una ley universal que dice "nosotros atraemos fuertemente aquello hacia lo cual nos sentimos muy atraídos". Nadie puede atraer triunfos hacia sí rechazándolos mentalmente o no amándolos con todo el corazón. Lo bueno que imaginamos lo podremos lograr probablemente. Pero, y si no imaginamos nada? Tener poca ambición, ser pobre en deseos, no cultivar ideales, es tener muy bajo aprecio hacia sí mismo y hacia su futuro. Si sus metas e ideales son definidos se convertirán en un imán que indefectiblemente lo atraerá y lo moverá a actuar por conseguirlos. Se concentrará y se dedicará a alcanzarlos con todo ahínco y determinación sin desviarse de ese camino por miedo o desaliento
De: P. Eliecér Salesman (Fórmulas para llegar al Éxito)

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