El éxito es un camino... no un destino

El mayor problema cuando crecemos con hábitos de Ganar/Perder es que cuando uno pone el énfasis en ganar, le está dando mucha mayor importancia al  perder. Esto es algo sumamente costoso para muchos de nosotros.


El cambio de paradigmas más importante que he experimentado tuvo que ver con ganar y competir. Este ¡Ajá! llegó como un regalo de uno de los mayores ganadores de todos los tiempos, el Coach de Basket de la Universidad de U.C.L.A.: John Wooden.


Todavía recuerdo cuando siendo aún un niño, jugando baseball en las pequeñas ligas, en los momentos cruciales de un juego, me descubría rezando para que el bateador bateara para cualquier lugar …menos para donde yo estaba. Todavía puedo sentir como me paralizaba el temor de dejar caer la pelota mientras entraba la carrera ganadora. Creo que no existe nada tan humillante para un niño de 10 años como ser el culpable de perder el juego frente a amigos y familiares. Siempre me pareció que conocí el término “atragantarse”   a una edad demasiado temprana.
           
Mi primera toma de conciencia de lo que pudiera ser un nuevo enfoque hacia el competir, vino cuando leí un libro sobre el tenis. En ese libro, el autor hablaba acerca de su búsqueda del verdadero significado de  competir, pero el ejemplo que usó fue el de surfear.


Más adelante en la vida, me encontré batallando constantemente contra los mismos sentimientos antes de un examen, un discurso, o una presentación de ventas. Mientras más oía que el temor al fracaso era un motivador, más me parecía que lo que en realidad ese temor lograba era aumentar mis limitaciones. Desde el fly que hubiera podido atrapar fácilmente, hasta la presentación de ventas que hubiera podido manejar mejor; la mayor frustración radicaba en que lo que me impedía lograr aquellas cosas que estaba en capacidad
de realizar …y justamente cuando era más importante  lograrlas, era el miedo. Lo que más me entristecía era  que perdía el sentido de la alegría.


Mi primera toma de conciencia de lo que pudiera ser un nuevo enfoque hacia el competir, vino cuando leí un libro sobre el tenis. El ese libro, el autor hablaba acerca de su búsqueda del verdadero significado de competir, pero el ejemplo que usó fue el de surfear.


¿Que motiva al surfista a competir? No hay un oponente, no hay tablero de anotaciones para llevar el escore, no hay juego que ganar. ¿Porqué espera en el mar hasta encontrar la ola más grande que puede manejar? El autor concluye que es en ese momento cuando el surfista necesita usar toda su técnica, toda su  habilidad, todo su coraje y concentración. Para un surfista importante que el proceso de vencer los obstáculos que encuentra para llegar a ella deporte porque le proporciona una manera excitante para descubrir y exaltar su verdadero potencial.


Hace unos pocos años, en los mismos días que me encontraba leyendo Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, pude ver una entrevista grabada de John Wooden. Esta entrevista tuvo un gran impacto sobre mi. No hay duda ninguna que Wooden ha sido el  Coach más ganador de todos los tiempos. Su récord de   diez campeonatos nacionales en doce años incluyendo siete consecutivos, y cuatro campañas sin perder ni un partido jamás ha podido ser igualado; no solamente en el Basketball universitario sino en ningún otro deporte, ¡Nunca les habló a sus jugadores acerca de ganar. Inclusive comentó que nunca hubo ni excesivo jubilo ni demasiado desaliento producto del resultado del juego. El creía que la victoria viene cuando uno hace el mejor uso de sus talentos, no de los números en la cartelera de anotaciones. “Porqué nos hundimos en la adversidad" decía, “Si es gracia a la adversidad que nos superamos"Si no hubiera sido por la forma seria y  digna como el Coach Wooden hablaba, pudiera haber pensado que se estaba burlando. Para mi, aquello era como oír a Rockefeller decir que nunca habló de dinero.


Durante toda mi vida, competir y ganar habían estado íntimamente enlazados en mi mente. Durante varios días oí la cinta una y otra vez. Finalmente comencé a entender que aquel era un Paradigma totalmente diferente. Era un enfoque totalmente nuevo acerca de competir la competencia no solo como una forma de lograr una victoria o recompensa externa, sino por el gozo profundo y la satisfacción interior de descubrir y tomar conciencia del infinito potencial que posee.


“Ganar viene de adentro”, o como Wooden decía: El verdadero competidor persiguela competencia no solo como una forma de lograr una victoria o recompensa externa, sino por el gozo profundo y la satisfacción interior de descubrir y tomar conciencia del infinito potencial que posee citando a Cervantes: "El camino es mejor que la meta”.


Con este nuevo Paradigma, algo más pasa. Como ganar no siempre está determinado por  quien lleva el escore externamente, tampoco lo está perder. Por cuando ya no estamos obligados a ver los momentos cruciales de una competencia como si nuestro propio futuro estuviera comprometido, ¡no hay temor al fracaso! Sin este temor, no solo podemos competir a nuestro más alto nivel, sino también disfrutar al máximo los momentos importantes.


¿Idealista? ¿poco práctico?, veámoslo dentro del contexto de la vida real. Imagínese que Ud. está en la final de un partido de tenis. Estamos en Match Point. Su oponente tiene el servicio y el ganador de este punto gana el torneo. Ud. se encuentra en la cancha central con mucha gente en las gradas, incluyendo amigos, familiares, y su esposa o esposo. También vemos el
trofeo listo, esperando al ganador …al ganador de este preciso punto.


Ahora vea la imagen de Ud. mismo allí parado, esperando el servicio de su oponente. ¿Qué es lo que está pasando por su mente? Si Ud. es honesto, será algo como esto: Sus rodillas están temblando un poco, y siente la presión de los ojos de todo el mundo convergiendo sobre Ud. Ud. sabe que quiere ganar y que luchó duramente para llegar a esta final, pero de alguna forma comienza a pensar:  sucumbas a la presión” quedar mal ante sus amigos y compañeros. Siente sus músculos tensarse mientras oye a los espectadores pedir silencio.


Las palmas de sus manos comienzan a sudar así que afloja un poco la raqueta. Desplaza su eso de un pie al otro y para este momento quizás lo qe verdaderamente desea es que todo ya haya terminados Ud. es realmente honesto,lo que Ud. cometa doble falta y la pelota vaya a pegar contra la red “No pierdas, no. En especial, Ud. no quiere verdaderamente desea es que su oponente le regale el partido.
Ahora, borre estas imágenes de su mente y visualice exactamente la misma situación, pero bajo un  Paradigma diferente. Ud. se está diciendo a sí mismo “Para esto es que entré en este torneo, para tener una oportunidad como esta.” la cual Ud. juega, para probar cómo responde a retos como el que enfrenta. Ud. sabe que ha pasado por un exigente período de aprendizaje que lo está  convirtiendo en mejor jugador. Hasta puede ver a su oponente como un amigo, como un colega. Sin él o ella, este instante no sería posible, y por ello lo ve como un servicio  se quede en la Net, de la misma forma que un surfista no quiere llegar a la playa y ver   un manso mar desde la orilla. Ud. está totalmente absorbido por ese momento, disfrutando del drama, y al igual que un surfista esperando la gran ola, Ud. quiere que  su oponente pegue su mejor primer servicio. “¡Vamos!” dice Ud.


Ahora hágase Ud. mismo dos preguntas: ¿Con cual paradigma tiene Ud. una mejor oportunidad de devolver el servicio con un golpe ganador? ¿Bajo qué Paradigma puede Ud. disfrutar mejor de su juego?



Desde el comentario final inoportuno, hasta una presentación fallida, puedo pensar en innumerables ejemplos donde el éxito no estuvo presente, pero quizás el mejor sea este: En las Pequeñas Ligas, yo no perdí la bola para perder el partido porque carecía del deseo de ganar. La realidad es que mi deseo de ganar era competir, por sentirme totalmente absorbido por la acción, el evento, la lucha. Cuando tomamos conciencia de eso, comenzamos verdaderamente a ver el éxito como un viaje en lugar de un destino.
Una de las grandes ironías de la vida es que cuando esto pasa, no solo encontramos más alegría, placer y significado en todo lo que hacemos, sino que también logramos los resultados que deseamos.

Andrew Sevick/Seven Habits Magazine/ Abstract

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