Tolerancia: piedra angular de la perfección

Tolerar es muy diferente a reprimirse o resignarse. Es una fuerza interna llena de sabiduría que me permite aceptar con paz aquello que no puedo cambiar. El nivel de tolerancia demuestra el grado de integridad y autocontrol que cada uno posee. El poder de la tolerancia se desarrolla si primero he inculcado comprensión y amor en mi vida. Como resultado seré misericordioso con aquellos que son débiles y cometen errores y tendré respeto por aquellos que son mejores o iguales a mi.

La actitud misericordiosa consiste en tener buenos deseos y sentimientos puros y elevados hacia todo. Necesito coraje, entusiasmo, dignidad y humildad para mantener un equilibrio constante. Tolerancia significa no ser perturbado por nada; dejar de ser una víctima de las circunstancias o de las personas y, simplemente, no aceptar sufrimiento. La tolerancia puede convertirse en una debilidad cuando es usada como un sustituto del poder de enfrentar. El Entrenamiento de Consciencia facilita el desarrollo de estas cualidades fundamentales.

En este contexto me gustaría citar al escritor Argentino Jorge Luis Borges, quien afirmaba, mientras sobrellevaba con fortaleza la ceguera que lo acompañó más de 30 años: "Todo hombre debe pensar que cuanto le ocurre es un instrumento; todas las cosas le han sido dadas para un fin. Todo lo que le pasa, incluso las humillaciones, los bochornos, las desventuras, todo eso le ha sido dado como arcilla y tiene que aprovecharlo. Esas cosas nos han sido dadas para que las transmutemos, para que hagamos de las circunstancias de nuestra vida cosas eternas o que aspiren a serlo".

Es un buen negocio liberarse de la carga del resentimiento, odio, rencor, ira de otros hacia mi. Para ello necesitamos armarnos de humildad y coraje, perdonarlos y perdonarnos o pedirles perdón si es el caso. Esto es un gran acto de caridad que refleja sabiduría y grandeza. Los sentimientos negativos de los demás hacia mi son un grave obstáculo para el autoprogreso y bienestar en la vida.

Entregando nuestra vida a un Ser Supremo y realizando actos que lleven beneficio a los demás, equilibra la carga de acciones negativas que pesan sobre nuestra consciencia. Aseveran en Narcóticos Anónimos: "Si conseguimos ayudar a una sola persona compartiendo la experiencia de nuestro sufrimiento, nuestro dolor habrá valido la pena". Necesitamos equilibrar la balanza del dar y tomar, comencemos ahora a ser más donadores que tomadores.

A menudo, trata de reflexionar sobre la perfección de la creación, descubre la razón que se esconde detrás de cada escena de la obra de teatro de la vida. Percibe que incluso detrás de lo que aparenta ser malo también hay algo bueno y quédate con lo bueno.

Observa en relajación y silencio interno, la importancia de cada una de las partes de tu cuerpo, de tus sentidos, del agua, de la naturaleza, del sol, del prójimo. Piensa en el propósito de la existencia. Ponte en la posición del Ser Supremo, "el más alto en las alturas", cualquiera que sea la idea que tengas de El, y con confianza, trata de verte y de ver el mundo como El lo ve (ponte en la perspectiva de Dios).
Javier Gómez / Aprenda a vivir y enseñe a vivir

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