Vivimos un momento muy importante, y muchos de los cambios que estamos experimentando también representan la oportunidad de abrir una puerta hacia nuevos paradigmas y comienzos.
Por eso, cuando ya se acerca la Navidad, te invito a dejar el pasado difícil atrás haciendo uso del perdón, no para liberar a otros de su responsabilidad ante la vida por sus errores, sino para liberarte a ti del peso de la carga que supone estar lleno de resentimiento y deseos de venganza aunque sean muy pequeños.
Te invito a renovar el entusiasmo, el optimismo y la confianza en la vida, en tus seres queridos, en el ser humano y en ti mismo. Porque sólo así podrás darle alas a tus sueños y fuerza a tus ideales.
Me gustaría motivarte para que busques la reconciliación con las personas a tu alrededor, de manera que puedas desarrollar la capacidad de aceptarlas como son, reconociendo y resaltando sus características positivas y minimizando lo que te molesta, a menos que sea tan grave que debas tomar otra decisión.
Te invito a pasar más tiempo con tu pareja, pero no para hablar sobre responsabilidades y asuntos pendientes o para insistir en que cambie su manera de ser, sino para recordar los sueños que tuvieron desde el comienzo de la relación, para hacerse cumplidos auténticos, para hablar como viejos y grandes amigos, para renovar el amor.
También con tus hijos, para hacerlos sentir queridos, especiales, aceptados, apoyados y acompañados siempre; evitando usar el poco tiempo juntos sólo para las exigencias, las críticas, los castigos o los reclamos. Ríete con ellos, haz cosas divertidas y, al mismo tiempo, enséñales con tu ejemplo.
Quiero inspirarte para que te acerques a un desconocido con la intención de suavizar su situación en esta época con una sonrisa, unas palabras amables, un regalo, una comida caliente, la ayuda desinteresada o, simplemente, un poco de compañía... cualquiera de estas acciones puede ser suficiente para devolverle la esperanza.
Acércate a La Divinidad, a la presencia de lo sagrado en tu vida, para que tengas la fortaleza y la confianza que producen tener fe, y llevar nuestra vida de acuerdo a la verdad espiritual que creemos y seguimos; dejando de ser jueces y conciencia de los otros para ser testigos de nosotros. Para que en su presencia, encuentres serenidad, protección, ánimo, alegría y confianza, en todo momento.
Me gustaría que puedas ir al reencuentro de alguna de las viejas tradiciones familiares que sirvieron para que sintieras ilusión, alegría y amor, mientras fuiste pequeño. Que rescates el verdadero significado de esta época al recordar la importancia que tienen estar juntos, compartir, ser amables, ser atentos, pacientes, tolerantes y solidarios los unos con los otros.
Esta temporada navideña tenemos la posibilidad de cambiar nuestro estilo de vida para darle un giro sensible a nuestra sociedad. ¡Vamos a ponernos en acción!
Fuente: Maytte Sepúlveda
No hay comentarios:
Publicar un comentario