El zumo de mandarina reduce los riesgos cardiovasculares de los niños

Medio litro al día mejora los marcadores antioxidantes de aquellos con colesterol alto

Ya lo dice un dicho popular, mejor prevenir que curar, y más cuando el organismo da ciertos avisos en las edades más tempranas. Un grupo de investigadores de la Universidad de Valencia ha descubierto que la ingesta regular del zumo de mandarina reduce los riesgos cardiovasculares en la población infantil, al mejorar los marcadores antioxidantes de los niños con colesterol alto.

En estudio, publicado en el 'Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition', han participado 48 niños con hipercolesterolemia y a los que se les suministró diariamente zumo de mandarina natural, sin ningún tipo de añadido, para determinar cómo influía su ingesta en los niveles de estrés oxidativo.

"Todos los días nuestro cuerpo produce radicales libres, unas moléculas muy reactivas que pueden dañar el organismo", comenta la doctora Pilar Codoñer, directora de la investigación y responsable de Pediatría del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia, en declaraciones a elmundo.es. El cuerpo se protege de la acción de los radicales libres con una serie de antioxidantes, pero cuando este equilibrio se pierde (por factores como la diabetes o la hipercolesterolemia) aparecen problemas asociados al desarrollo de numerosas enfermedades, sobre todo, cardiovasculares.

Antes de comenzar el programa de seguimiento se realizaron análisis de sangre a los niños para determinar el daño oxidativo, los niveles de lípidos, proteínas, defensas antioxidantes, carotinoides, malondialdehído y brutatium. Todos

Los investigadores prefirieron el zumo de mandarina al de naranja (sobre el que versan numerosos beneficios en adultos) por su mayor contenido de flavonoides, unos compuestos naturales que actúan como antioxidantes, pese a su menor aportación de vitamina C. Además, el gusto de la mandarina es mucho más dulce que el de la naranja, lo que ayudó a los niños a consumir sin reservas el zumo.

Cada semana los padres recibían la cantidad recomendada para el consumo de los niños, medio litro al día, es decir, dos vasos de zumo de mandarina que los niños sumaron a su dieta diaria habitual. Durante 28 jornadas, los progenitores vigilaron que los niños siguiesen el programa, aunque los pequeños realizaron una serie de pruebas que confirmaron que su ingesta había sido regular y adecuada.

Los exámenes sanguíneos realizados un mes después desvelaron que el jugo ejerció un fuerte efecto antioxidante en el organismo de los pequeños, debido a su efecto limpiador de superóxidos. Al final del estudio, los biomarcadores del estrés oxidativo en el plasma sanguíneo se redujeron considerablemente y además, casi se dobló el contenido de vitamina C.

"Insistimos en el hecho de que los niños deben tomar más frutas o, en su defecto, se puede echar mano de zumos naturales", afirma la pediatra. "Es necesario volver a practicar una alimentación sana y, cada vez más, los mediterráneos estamos perdiendo lo beneficioso de nuestra dieta", añade.

Uno de cada 500 niños sufre una hipercolesterolemia primaria, es decir, altos niveles de lípidos en sangre derivados de problemas en los sistemas transportadores del colesterol y factores genéticos. Sin embargo, la mayoría de los casos infantiles de colesterol alto están relacionados con una alimentación poco equilibrada, alta en grasas, y las consecuencias de una vida sedentaria, con escasa actividad física.

"Cada vez los niños comen más pasta, más comidas preparadas y, aunque la industria está tomando medidas, las grasas que se emplean para los productos destinados a los más pequeños todavía dejan mucho que desear", afirma la pediatra. "Además, se han sustituido los juegos tradicionales en los que los niños saltan y hacen ejercicio por la sedentaria videoconsola", añade.

La especialista valenciana insiste en que es muy importante beneficiarse de la pediatría para prevenir males más graves en edades adultas. "Podemos trabajar con los niños para formar el cuerpo del adulto del futuro, de hecho, la mayoría de los problemas de la hipercolesterolemia darán paso a enfermedades cardiovasculares más adelante", afirma.
Fuente: el mundo.es Salud (Luca Sixto)

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