
Un equipo de la Universidad de Manchester y el Zoológico de Chester se encuentra en Costa Rica para dar con las estas especies en peligro de extinción.
La BBC estará siguiendo sus pasos dentro del bosque nuboso de Monteverde.
La BBC estará siguiendo sus pasos dentro del bosque nuboso de Monteverde.
El número de anfibios en todo el mundo han disminuido drásticamente, debido en parte a un hongo mortal. Costa Rica es uno de los países pero afectados.
El jefe de la expedición, Andrew Gray, del Museo de Manchester de la Universidad de Manchester, dijo: "Las montañas de Costa Rica eran una de las regiones con mayor biodiversidad - pero en muchas áreas, las poblaciones de anfibios han sido casi eliminadas".
Hongo mortal
A finales de los 80, herpetólogos en todo el mundo descubrieron que los anfibios estaban desapareciendo a un ritmo sin precedentes, pero no entendían por qué.
Una década después, los investigadores aislaron un hongo desconocido hasta entonces, , que infectaba a los batracios, impidiéndoles respirar por la piel y efectivamente sofocándolos.
El hongo que pone en jaque a las poblaciones de ranas y demás anfibios del mundo utiliza la reproducción sexual como táctica de ataque.
Un nuevo estudio, que publica hoy la revista , señala que el parásito se vale tanto de la reproducción asexual como de la sexual para propagarse y afectar a los anfibios.
En el primer caso, el hongo crea clones de sí mismo para aumentar su cantidad y esparcirse en un mismo sitio.
Sin embargo, la reproducción sexual del hongo es la más preocupante. El producto del cruce entre dos ejemplares son pequeñísimas esporas que permiten que el parásito se mantenga latente por años y pueda viajar con mucha facilidad –en la suela de un zapato, con el viento o las plumas de un ave– hacia distancias lejanas.
Enemigo
El parásito exterminador es el Batrachochytrium dendrobatidis , un hongo amante del agua, que fue identificado por primera en 1998, pero al analizar posteriormente registros en museos se determinó que existe, al menos, desde los años 30.
No obstante, en los últimos años, ya sea por el calentamiento global, el uso de agroquímicos o la intromisión humana en el ambiente, el hongo se convirtió en un patógeno para los anfibios.
Aunque no se entiende bien su forma de actuar, se sabe que produce una enfermedad llamada chrytridiomycosis que impide que las ranas, sapos y salamandras puedan absorber agua a través de su piel.
La presencia del hongo en todos los continentes salvo Antártica (único sitio donde no hay anfibios) ha contribuido a que en las últimas dos décadas desaparezcan 120 especies de anfibios en el mundo.
En Costa Rica, el Batrachochytrium dendrobatidis es el responsable de haber extinguido de las alturas de Monteverde, Puntarenas, la rana arlequín y el sapo dorado, de acuerdo con lo que indicó un estudio de Alan Ponds, del Centro Científico Tropical, el cual fue publicado en el 2005 en la revista Nature .
Ese análisis determinó que otras 70 especies de anfibios de este país, del istmo centroamericano y de América del Sur están amenazadas por la proliferación del parásito.
El parásito también ha tenido su efecto en las poblaciones de anfibios de la Sierra Nevada, en California, EE.UU., donde la rana de patas amarillas ( Rana mucosa ) está ahora en riesgo de extinción.
Estudio genético
Justamente fue allí donde los investigadores de la Universidad de Berkeley, liderados por la australiana Jess Morgan, realizaron el estudio genético del parásito.
Tomaron 100 ranas de distintos sitios de la Sierra Nevada y analizaron el parásito en ellas. La lógica tras el estudio era clara: si la genética en todos los parásitos era homogénea (un solo genotipo), eso sería señal de que el hongo fue recientemente introducido al área.
No obstante, los científicos se encontraron con una sorpresa. En algunos sitios la población del hongo era genéticamente homogénea, prueba de que el parásito se reproducía allí de forma asexual; pero en otros, había recombinación genética, señal de que el hongo, una vez asentado, también se vale de la reproducción sexual como táctica para seguir atacando.
Según Morgan, la reproducción sexual dificulta combatir el parásito. Por ahora aconseja tener más cuidado a la hora de entrar en contacto con una zona contaminada con el hongo, para no esparcir sus esporas.
Predicciones
Recientemente, los científicos trabajando en el proyecto Evaluación Anfibia Global estimaron que un tercio de los anfibios estaban amenazados de extinción y que unas 120 especies ya habían desaparecido a partir de los años 80.
Recientemente, los científicos trabajando en el proyecto Evaluación Anfibia Global estimaron que un tercio de los anfibios estaban amenazados de extinción y que unas 120 especies ya habían desaparecido a partir de los años 80.
Muchos creen que este hongo quitrido ha sido un factor fundamental. Otras causas incluyen la destrucción del hábitat y el cambio climático.
Los conservacionistas están invirtiendo muchos esfuerzos para resguardar las especies sobrevivientes.
Andrew Gray ha establecido poblaciones reproductoras en el Museo de Manchester para ciertas especies muy raras de ranas, incluyendo la rana de árbol espléndida (Cruziohyla calcarifer) y la ranita de los cafetales (Agalychnas annae).
"He estado trabajando con las autoridades y científicos costarricenses para aplicar medidas de conservación en los lugares donde se encuentran las ranas", aseguró Gray.
El año pasado, Gray tuvo la oportunidad de avistar la rana de nombre científico Ithsmohyla rivularis en el bosque nuboso de Monteverde - una rana que se creía extinta desde hace 20 años.
Nunca decir "nunca"
El redescubrimiento de esta rana le ha dado alientos al equipo para ir en búsqueda del sapo dorado (Bufo pereglines).
Este colorido anfibio, que los científicos descubrieron en 1966, se convirtió en el símbolo icónico de la declinación de estas criaturas. En 1987 había unos 1.500 sapos dorados, pero dos años más tarde habían desaparecido de la selva.
Gray dice que explorarán la región donde solía habitar, aunque "es poco probable que encontremos uno - pero, como quedó demostrado el año pasado, nunca se debe decir nunca".
Fuente: BBC Mundo - Nación.com - http://www.pnas.org/
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