Ser girasoles

Se quiera o no es imposible arrancar de nuestra vida los sauces llorones.


Antes o después el dolor llama a nuestra propia puerta. Para algunos con sufrimientos físicos o mentales, para otros con el sabor amargo de las heridas personales nunca cicatrizadas, y para otros mediante la aridez del espíritu .


Al lado de estos sufrimientos o dolores hay siempre un G I R A S O L , que da ánimos y que alivia.


Ningún rostro en el mundo está tan lleno de lágrimas que no le quede espacio para una sonrisa.


Ninguna tragedia es tan grave que no le quede un hilo de esperanza, ninguna noche es tan larga que no venga seguida de un nuevo día.


El llanto del sauce , no anula ni debe anular la presencia tan bonita del GIRASOL , que vive en el mismo jardín.


El mundo tiene mayor necesidad de GIRASOLES , que de sauces.


Sauces no son solo algunos enfermos , sino principalmente los que ven la realidad con los ojos del pesimismo, quienes critican todo lo que no se corresponde con sus deseos,. GIRASOLES , son los que se acercan al enfermo , al dolor, sin minimizarlo, sino derramando AMOR , y esperanza cerca del corazón del que sufre.


GIRASOLES , son quienes contrapesan los días lluviosos, con el arco iris de la comprensión, y cuando sale el Sol , con los rayos luminosos de la amabilidad y de la bondad.


El GIRASOL , no es egoísta , ni avaro, el GIRASOL , acoge en su rostro, mariposas, pajaritos, y otros insectos que necesitan de sus flores y sus frutos, él se confía al sol, para recibir energía y vida, pero también sabe inclinarse en la noche de las estrellas.


En el corazón de cada uno de nosotros, existe un GIRASOL , DIRIGIDO por DIOS.
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