Reflexiones

1º Lo que quieres hacer tú, amigo nuestro, no se puede realizar en un laboratorio, ni en un taller, ni en un papel, tampoco se consigue soñando o leyendo fantasías y novelas románticas. Se tiene que hacer en la Vida misma, batallando y luchando contra ti mismo y no sólo eso, sino lo más importante: ¡triunfando!.

2º Porque lo que tu pretendes es realizar la verdad y para eso está la escuela de la existencia, te puedes y te debes preparar para tus pruebas más difíciles, te puedes cultivar, desarrollar, crecer.

3º Pero en última instancia es la Vida tu instructor, y en la Vida hay que vivir, sufrir y trascender el sufrimiento, hasta alcanzar el gozo perdurable del que vive en lo Uno.

4º Porque hasta donde quieres subir no se llega fácilmente, convéncete, se sube con gran esfuerzo, no se alcanza con distracciones, se logra con constancia y voluntad. Si estás convencido de esto y quieres seguir, piensa antes si no te estás engañando, es decir, si es tu ser interno quien te impulsa a esta realización o es tu imaginación y tu deseo de cosas importantes, de fama
o de placeres, porque el camino se debe buscar con desinterés y no por las añadiduras que en tu mente se hayan forjado.

5º Y, ¿cuál es este camino?, solo hay uno verdadero, pero para llegar a él hay innumerables veredas, unas más llanas y largas, otras más cortas y pedregosas. El camino del que te hablamos es el del amor, es el medio que conduce a tu Luz interior a tu propia chispa de divinidad, pero también es el camino del desapego, del sacrificio bien entendido y del renunciamiento al deseo de más.

Se hace mención de la trascendencia del sufrimiento, esto es muy importante, porque muchas veces se piensa que se tiene que sufrir de forma inevitable, cuando la realidad es lo contrario, tenemos la capacidad suficiente para manejar nuestra vida de una forma más constructiva y benéfica.

Lo anterior se logra cuando comprendemos que la felicidad no depende de nada exterior, llámese: dinero, posesiones materiales, personas, reconocimiento o cualquier otra cosa fuera de nosotros mismos. La felicidad es un estado de conciencia, que surge de forma natural de nuestro interior donde reina la paz y la armonía universal, siempre y cuando no se vean perturbados por los pensamientos y emociones de tipo negativo, que permitimos nos influyan debido a las programaciones mentales equivocadas, que hemos adquirido con el paso del tiempo.

Se menciona que se lucha contra uno mismo, se refiere al conflicto existencial, que se manifiesta entre los impulsos que provienen del ser interno y los pensamientos de la personalidad, en esta batalla debemos aprender a escuchar los mensajes que provienen de nuestro interior, porque
siempre serán positivos y benéficos.
Cuentos Orientales
A pesar de toda su santidad, el Maestro daba una cierta impresión de oponerse a la religión. Esto era algo que desconcertaba siempre a los discípulos, los cuales, a diferencia del maestro, equiparaban religión y espiritualidad.
-Maestro: “Tal como hoy es practicada, la religión se refiere fundamentalmente a castigos y recompensas. En otras palabras, produce temor y avidez, las dos cosas que más destruyen la espiritualidad”.
Y más tarde añadió con tristeza:
- “Es algo así como tratar de combatir una inundación con agua, o como pretender apagar un incendio con fuego”.

Si quieres tener el mar,
contémplalo,
y abre tus manos en sus aguas
y todo el mar estará en ellas...,
porque si cierras tus manos
para retenerlo,
se quedarán vacías.
Si quieres tener un amigo peregrino,
déjalo marchar y lo tendrás,
porque si lo retienes para poseerlo,
lo estarás perdiendo,
y tendrás, un prisionero.
Si quieres tener el viento,
extiende tus brazos y abre tus manos
y todo el viento será tuyo...,
porque si quieres retenerlo
te quedarás sin nada.
Si quieres tener el sol
y gozar de su luz maravillosa
abre los ojos y contempla...,
porque si los cierras
para retener la luz que ya alcanzaste,
te quedarás a oscuras.
Si quieres tener el gozo de tener
Libérate de la obsesión de poseer y retener.
Goza de la mariposa que revolotea,
goza del río que se desliza huidizo,
goza de la flor que se abre cara la viento...,
goza teniendo todo
sin poseerlo... sin retenerlo.
De José Manuel Molina Ruiz y David Subirons Vallellano (La página de la vida)
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