La toma de decisiones fatiga al cerebro

El cerebro es como un músculo: cuando se agota, se vuelve menos eficaz. ésa es la tesis de un nuevo libro publicado por On Amir, profesor adjunto de marketing en la Rady School of Management de la Universidad de California.La mente humana es un sistema notable, pero tiene límites. En los últimos tiempos, se ha observado un creciente interés por precisar las limitaciones mentales, para relacionarlas con la habilidad para ejercer la función ejecutiva. "Función ejecutiva" es un conjunto de subfunciones cognitivas que incluye concentración, toma de decisiones, memoria de corto y largo plazo y control inhibitorio. Desde esta perspectiva, función ejecutiva sería una función que regula otras actividades mentales y que juega un importante papel en la capacidad de raciocinio.

Lo que identificamos como "función ejecutiva" es un conjunto de subfunciones cognitivas que incluye concentración, toma de decisiones, memoria de corto y largo plazo y control inhibitorio. Desde esta perspectiva, función ejecutiva sería una función que regula otras actividades mentales y que juega un importante papel en la capacidad de raciocinio. Todos esos procesos implican esfuerzo -el trabajo de mantener la mente alerta para la concentración, o el necesario para no ceder ante la peor opción, en el caso de la toma de decisiones. Y, a su vez, ese esfuerzo supone cansancio y agotamiento de la función ejecutiva.

Estos conceptos aparecen publicados en un ensayo de On Amir en la revista Scientific American: Para mejor entender la función ejecutiva como una estructura que subyace a la toma de decisiones sobre asuntos que pueden no tener nada que ver entre sí, el autor propone el ilustrativo ejemplo de alguien que delibera sobre las irrelevantes opciones de comerse o no una galleta.

Posteriormente, esa misma persona ha de tomar una decisión mucho más importante, concerniente a un ámbito completamente distinto y que afectará de manera muy relevante a su vida, como es la elección entre dos posibles trabajos que le han sido ofrecidos. Pues bien, esta última decisión puede verse afectada por el esfuerzo realizado anteriormente en torno al problema de la galleta, ya que los efectos de dicho esfuerzo son persistentes y pueden haber agotado el instrumento -la función ejecutiva- que ahora se precisa para tomar una decisión trascendente.

Agotamiento mental

El proceso de toma de decisiones incluye entre otras cosas la consideración de las diferentes opciones, el sacrificio de las ventajas de una de ellas a cambio de lo que nos ofrece la otra, la transición desde un estado mental evaluativo a otro decisorio; y son estas actividades mentales las que requieren el esfuerzo que termina por fatigar a la función ejecutiva.
Especialmente agotador, según las conclusiones de un estudio paralelo realizado por Nathan Novemsky -profesor de la Universidad de Yale- y sus colegas, es enfrentarse al necesario sacrificio de una cosa al optar por otra; y aquí cabe señalar que, cuanto mayor similitud guarden entre sí las distintas opciones entre las que es necesario elegir, más agotador resulta el esfuerzo realizado.
Otro estudio, publicado por la psicóloga de la Universidad de Maryland Anastasiya Pocheptsova y colegas en 2007, confirma también los efectos de cansancio y fatiga sobre la función ejecutiva, en este caso mediante experimentos en torno a la concentración y la regulación de la atención, que también requieren del uso de aquélla. Los sujetos con el cerebro cansado por esta actividad tomaron las peores decisiones en las cuestiones que se les plantearon posteriormente.
Tomado de Mercado Digital. http://www.mercado.com.ar/

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